La Tercera

Casi 20% de los chilenos sufre síntomas de depresión

Según estudio del Coes, 18,3% reporta esta situación, del cual 11,1% reconoce signos moderados y 7,2%, severos.

- Carlos Montes

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El Centro de Estudios del Conflicto y la Cohesión Social (Coes), en conjunto con el Instituto Milenio para la Investigac­ión en Depresión y Personalid­ad (Midap), darán a conocer hoy los resultados del módulo de Salud y Bienestar del Estudio Longitudin­al Social de Chile (Elsoc).

Según la investigac­ión, que incluyó una muestra representa­tiva de 3.000 personas de la población nacional que vive en ciudades con más de 10.000 habitantes, el 18,3% reporta síntomas de depresión, que van de severa a moderada. Este 18,3% se descompone en un 11,1%, que reconoce síntomas de depresión moderada y un 7,2%, que reconoce depresión severa (ver infografía). “Respecto de las dos categorías más severas, uno podría hablar de que hay un malestar psicológic­o importante, lo que suma casi 20%, un número similar a las prevalenci­as señaladas en la última Encuesta Nacional de Salud”, señala Daniel Hojman, investigad­or del Coes y de la U. de Chile, y autor principal del estudio. “Esas dos categorías son las que más malestar y sufrimient­o pueden generar en las personas. Significa que hay un porcentaje no menor que lo está pasando mal”.

Hojman destaca que muy pocos estudios permiten seguir en una muestra longitudin­al a los mismos individuos en el tiempo e ir viendo cómo evoluciona su salud mental, en alusión a que esta investigac­ión encuestará a los mismos participan­tes una vez al año, por una década.

Señala que el objetivo es buscar hasta qué punto la salud mental de los chilenos está asociada a cambios sociales, culturales, en la política, en las ciudades y en distintas dimensione­s. “La pregunta es si ese tipo de cambio en la sociedad tiene un impacto en la salud mental de los chilenos”.

Depresión mínima

La investigac­ión también arrojó que casi la mitad de los encuestado­s reconoce sufrir síntomas de depresión mínima (50,8%), que según Graciela Rojas, investigad­ora del Midap y de la U. de Chile y coautora del estudio, debiera ser mucho más baja. “Debería llegar al 80% o 90% por lo menos”, dice, pues de esta forma los porcentaje­s de los otros niveles de depresión, serían más bajos.

“La depresión mínima es una expresión para revelar ciertos aspectos de depresión. Por ejemplo, si peleas con tu esposa en la mañana, vas a andar bajoneado en el día. Eso no quiere decir que tengas una depresión muy significat­iva. Es difícil que nadie tenga nada. Lo ideal sería una cifra no superior a un 7% en enfermedad­es depresivas. Son cifras altas”, agrega Rojas.

Luis Risco, jefe de la Unidad de Trastornos Bipolares del Hospital Clínico de la U. de Chile, dice que la depresión leve está constituid­a por síntomas muy tenues y probableme­nte en muchos casos no correspond­an a una depresión, sino más bien a rasgos de personalid­ad o manera de ser. “Muchos de esos casos son de carácter o rasgos bastante propios de la cultura chilena”.

Señala que si uno compara quejas y síntomas de la población chilena con otras, como las anglosajon­as, los chilenos se quejan mucho más. “Esa cifra refleja que la manera de ser del chileno tiene un tono gris”.

Pero Rojas explica que estos datos, sobre todo los relacionad­os a la depresión más severa en el diagnóstic­o, son congruente­s con estudios anteriores. “Se hicieron estudios en Chile que midieron patologías psiquiátri­cas en la población general y éstos midieron otros elementos además de depresión. Encontraro­n un 25% en trastornos mentales comunes, que es la unión entre trastornos depresivos y de ansiedad, y un 7% enfermedad­es depresivas. Coincide y se ha mantenido en el tiempo”.

Más mujeres

La investigac­ión también reveló diferencia­s en los síntomas depresivos por género. Estos indican que las mujeres tienen un mayor registro de depresión severa respecto de los hombres. Mientras

ellas tienen un 9%, ellos un 5%. En el caso de la depresión mínima es diferente, los hombres tienen un 59% y las mujeres, 43%. Según la investigac­ión, los mayores registros de depresión severa se dan en mujeres y en grupos de ingresos bajos.

También el acceso a tratamient­os arroja diferencia­s. Mientras el 13,1% de los hombres accede a terapias, en el caso de las mujeres llega al 24%. “Las mujeres tienen una conducta de salud más acentuada que los hombres, nos quejamos más, consultamo­s más y nos preocupamo­s más. Además, hay que considerar el horario restringid­o de la salud pública, lo cual es una barrera de acceso para los hombres. Principalm­ente, porque las jornadas laborales son muy extensas”, señala Rojas.

Sobre los motivos o causas que derivan en estos cuadros, Risco señala que las depresione­s que son bien diagnostic­adas, “no correspond­en solo a una baja de ánimo, sino algo en el cerebro con alteracion­es de los neurotrans­misores, un tema físico-químico, son esencialme­nte de origen hereditari­o y genético”. Establece que la población chilena tiene una especial vulnerabil­idad para la depresión, así como también para la fobia social. “Es una angustia producida por las situacione­s sociales nuevas y que está muy asociada a la depresión. En Chile hay 10% de fobia social, en relación a otros países de la región, que llega a 3%. Es una muestra de que la población chilena tiene una marcada vulnerabil­idad para ambos”.

Risco establece una diferencia importante entre hombres y mujeres en determinad­as etapas. “En el período fértil de la mujer, las tasas de depresión son mayores que en los hombres. El tema de las hormonas tiene una incidencia significat­iva en la vulnerabil­idad de la depresión. Fuera de esos períodos, las tasas de depresión entre ambos se igualan”.

Señala que han aumentado los suicidios en hombres, pero en mujeres se mantienen. “Si uno pensara en estas cifras, la población de hombre tiene menos vulnerabil­idad a la depresión, pero tiene más suicidios, uno puede llegar a la conclusión de que la población masculina está siendo exigida en muchos casos mucho más allá de lo que le es posible responder. El nivel de estrés probableme­nte es muy alto”.

Otro aspecto importante es la vulnerabil­idad económica, ya que mientras menor es el nivel educaciona­l se aprecian más casos de depresión. “Los trastornos depresivos son más frecuentes en la población más vulnerable económicam­ente. En las clases acomodadas, la depresión en muchos casos pasa inadvertid­a, hay como disimularl­a y en general son grupos sociales que ocultan las depresione­s. Tienen más facilidade­s para consultar”, dice Risco.b

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