Uso de automóviles y transporte público
Un estudio del Centro de Estudios Públicos (CEP) -dado a conocer por este medio- constató que en Santiago, Concepción y Valparaíso la diferencia promedio entre el transporte público y el auto particular para llegar al lugar de trabajo es de 17 minutos (36 minutos versus 53, respectivamente), cifra que sube a 20 minutos en la capital. La realidad es más acuciante en sectores periféricos o en ciertas zonas de regiones, donde el tiempo promedio puede ser superior a 30 o incluso 40 minutos. Ello no solo genera impactos en cuanto a productividad, sino también resiente la calidad de vida de quienes no pueden acceder a un vehículo particular.
Se trata de antecedentes reveladores, los que sugieren que el sistema de transporte público a nivel nacional no está generando los suficientes incentivos para dejar el automóvil. Para el caso de la Región Metropolitana, la encuesta origen-destino de viajes en la ciudad de Santiago (2012) mostraba que casi un tercio de los viajes eran en transporte privado, tendencia que difícilmente se ha revertido debido a los endémicos problemas que presenta Transantiago, y a las mayores facilidades para adquirir vehículos.
Aun cuando es correcto que en determinadas zonas de las ciudades existan ciertos tipos de tarificación, la solución de fondo pasa por mejorar las condiciones del transporte público, que para el caso de Santiago implica fundamentalmente extender sus líneas de Metro. En regiones, en cambio, se requiere un mejor sistema en superficie, donde se observan sistemas mucho menos articulados que en el caso de la capital.