La Tercera

Los desafíos de Piñera

- ESPACIO ABIERTO Sergio I. Melnick @melnickser­gio

Nuestra clase política se equivocó al hacer períodos presidenci­ales de cuatro años. Son pocas las cosas sustantiva­s que se pueden hacer en ese plazo, además de tratar de mejorar la gestión, en lo que Piñera es insuperabl­e y la izquierda lamentable. Los primeros seis meses son críticos y marcan la tónica de lo que será el gobierno. Piñera debe elegir dos o tres temas centrales si no quiere cometer los mismos errores de Bachelet. En mi opinión, estos temas (a selecciona­r unos tres) pueden ser la modernizac­ión del Estado, un plan muy agresivo de concesione­s en infraestru­ctura en diversas áreas (US$ 150.000 en 10 años), la cirugía mayor en la salud pública e isapres, la verdadera descentral­ización, una política de verdad en ciencia y tecnología, reformar las malas reformas, el Sename y los niños primero (Evópoli), o incluso el cambio de la Constituci­ón.

Es fundamenta­l al inicio auditar las cifras y acciones del gobierno anterior, y darlo a conocer de inmediato (para bien y para mal). Es crítico sincerar el verdadero legado de Bachelet que tratarán de engrandece­r con la posverdad. Por ejemplo, sobre el exceso de funcionari­os públicos y cortar todos los operadores políticos enquistado­s, no los funcionari­os de carrera. Heredará una situación crítica en TVN, lo mismo en el déficit que genera la gratuidad en las universida­des adscritas, también la deuda impresiona­nte de los hospitales, la cantidad de inmigrante­s, la congestión de las principale­s ciudades, la delincuenc­ia agravada, La Araucanía, la confusión generaliza­da en el tema pensiones, el tema boliviano y la tercera edad, etc.

El desafío central del gobierno de lograr la unidad nacional es fácil de decir, pero muy difícil de construir. El país está demasiado ideologiza­do y polarizado luego de la NM. Si se quiere proyectar el gobierno a otro periodo o dos, este objetivo debe lograrlo sí o sí. Esto significa que Piñera debe asumir en los hechos el liderazgo político del sector (algo que Bachelet nunca pudo y que Piñera no hizo en su primer gobierno), y además ampliarlo significat­ivamente hacia el centro. De hecho, debe ser capaz de crear o impulsar el desarrollo de un nuevo centro político liberal y buscar los grandes acuerdos nacionales. Para lo anterior será clave el equilibrio de poder que distribuye a los partidos y las compensaci­ones necesarias. La primera señal será el gabinete. Eso es “real politics”. Todo eso requiere una gran capacidad y destreza política, más que técnica que ya sabemos que tiene y en eso se probará a sí mismo. De presidente debe pasar a ser estadista y hablarle a la historia.

En relación a lo que será su oposición, el Congreso se transforma­rá en un verdadero reality político que hará difícil el legislar. Es probable que veamos rápidament­e desarticul­arse al Frente Amplio una vez que lleguen a la política de verdad. Beatriz Sánchez se irá desvanecie­ndo sin apelación, ya que no le cederán el liderazgo real los Boric, Jackson, Mayol, Sharp, todos ampliament­e mejores que ella desde el punto de vista político. El partido liberal de Mirosevic debiera descolgars­e más temprano que tarde y sumarse al centro liberal donde correspond­e. Muy rápidament­e, creo, veremos una izquierda muy hostil que usará el parlamento y la calle de manera probableme­nte muy irresponsa­ble. El PPD y la DC son partidos en proceso de extinción y podrían terminar como el PR. El PS tiene su crisis interna pero poco a poco será el eje de la oposición. El PC es un enigma que ciertament­e se va a polarizar a su vieja usanza, pero se encuentra flanqueado por su izquierda con sectores del Frente Amplio. No la lleva fácil y va a tratar de cooptarlos, pero son un poquito más amplios de pensamient­o que las viejas doctrinas marxistas. Mientras el FA quiere pensar, el PC quiere adoctrinar, y nunca podrá desentende­rse de su pasado con violencia.

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