Plácido Domingo cierra show con el Estadio Nacional lleno
El tenor español se presentó anoche en el coliseo nacional ante 43 mil personas. Fue el cierre de los dos conciertos con los que celebró los 50 años de su debut en Chile.
Faltaban 10 minutos para las 22.00 horas. Plácido Domingo llevaba cerca de 90 minutos en el escenario junto a la Orquesta Filarmónica de Bogotá, con la que había pasado desde arias de célebres óperas a canciones de musicales, zarzuela y tango, cuando lo anunció: “Ahora tengo la oportunidad de presentarles a una artista. Es una chilena de gran talento; creo que no hay nada más que decirles, aquí está con ustedes Mon Laferte”. La cantante radicada en México fue recibida por un largo aplauso de las 43 mil personas presentes anoche en el Estadio Nacional.
Aquel fue uno de los momentos estelares del segundo y el último concierto de Plácido Domingo (1941) en el país, con los que celebró los 50 años de su debut en Chile, invitado por CorpArtes. El tener español cumple 77 años el próximo domingo, pero su energía y desplante escénico parecen intactos. Basta con ver su agenda de conciertos en el mundo: después de su presentación de anoche, cantará en Eslovenia el próximo sábado para luego partir raudo a Estados Unidos, donde dará un concierto en la ciudad de San Antonio, en Texas, el miércoles 24. No menos impresionante es que ya estén agotadas todas las entradas de los conciertos que tiene programados en Barcelona y Austria para mayo y, en agosto, en Munich, Alemania.
Esa lluvia de éxitos, la misma que lo ubica como el tenor vivo más importante del mundo, se mostró ayer en un espectáculo poderoso que confirmó su inagotable romance con el público.
Después de cantar el jueves en el teatro de CorpArtes, en un concierto íntimo, para no más de 900 personas, Domingo demostró anoche que maneja el formato masivo con el mismo desplante y magnetismo que exhibió en la década de los 90, cuando junto a Luciano Pavarotti y José Carreras protagonizaron el fenómeno de Los Tres Tenores, que llenó estadios con música clásica.
Acompañado de los músicos de la Filarmónica de Bo- gotá dirigida por el norteamericano Eugene Kohn, y con sus invitados, la soprano portorriqueña Ana María Martínez y el guitarrista español Pablo Sáinz-Villegas, el artista encaró un concierto que cruzó géneros y tonalidades y que fue seguido con fervor por los presentes.
Estrella internacional y transversal, el tenor convocó un público de todas las generaciones, desde niños y jóvenes hasta adultos mayores. El espectáculo comenzó a las 20.20 con la Obertura de El barbero de Sevilla de Rossini, ejecutada por la orquesta. Plácido Domingo salió cinco minutos después y recibió una ovación. Abrió su repertorio con Nemico della patria de la ópera Andrea Chénier, de Umberto Giordano. Enseguida subió al escenario la soprano Ana María Martínez para cantar un aria de Cosí fan tutte de Mozart. Ambos unieron sus voces luego en pasajes de Don Giovanni y Laura Miller, de Mozart y Verdi, respectivamente.
El concierto transitó por temas de los musicales My Fair Lady y West Side Story, por el tango de Astor Piazzolla en Libertango y la zarzuela en Amor, vida de mi vida de Moreno Torroba.
Domingo invitó al escenario a su hijo Plácido, con quien cantó Adoro de Armando Manzanero.
Poco después fue el momento de Mon Laferte. La ganadora del Grammy interpretó Tormento, tema de su primer disco Mon Laferte Vol. 1. “¿Cantamos?”, le propuso luego el tenor y ambos se unieron en un medley de clásicos de la canción popular: Perfidia, Frenesí y La última noche.
“Siento que nadie se quiere ir”, dijo Plácido Domingo cuando el concierto llegaba a su fin y el público aplaudía de pie pidiendo bis. El final fue un regalo musical que tuvo a los invitados de la noche de vuelta, y el tenor cantando y bailando con Mon Laferte El día que me quieras de Carlos Gardel. Para finalizar con Gracias la vida de Violeta Parra, en la voz de todos los intérpretes y del gran protagonista del concierto, que de este modo puso fin a las dos presentaciones con que celebró su debut en Chile en 1967. ●