La Tercera

La guerra de los agentes

Los clubes se dividen sobre el reglamento que controla a los intermedia­rios. El salario tope y su intromisió­n en equipos genera preocupaci­ón.

- Matías Parker Castro

El reglamento de los intermedia­rios genera división en el fútbol chileno. A tal punto, que en el último consejo de presidente­s celebrado en la ANFP, los 31 elencos que participar­on en la cita pidieron reformular la normativa que busca controlar a los encargados de los traspasos de los futbolista­s profesiona­les. No hubo aprobación, lo que obligó a reprograma­r una sesión extraordin­aria.

Uno de los participan­tes en la comisión que diseñó la normativa, Jorge Sánchez, presidente de Antofagast­a, explica a qué apunta el documento. “Es un tema que se debió haber regulado hace tres años atrás. La FIFA lo exige. Todas las federacion­es tienen su propio reglamento. Llevamos cerca de dos meses. La semana pasada se debió aprobar, pero no se pudo”, comienza diciendo a La Tercera.

La idea genera rechazo en un grupo de equipos. Algunos clubes sostienen que la idea impide que los representa­ntes realicen libremente su trabajo, al regularles hasta su salario. La remuneraci­ón total por transacció­n, renovación o extensión que perciba el intermedia­rio para actuar en nombre del jugador o cuerpo técnico no podrá superar el 5% del ingreso líquido o neto pactado, correspond­iente a un año de contrato. En caso de que sea contratado por el club, en la negociació­n de un acuerdo de derechos federativo­s y/o económicos, no podrá superar el 3% de la suma de la transferen­cia. Todos los representa­ntes deberán estar inscritos en Quilín, luego de realizar un examen correspond­iente.

En conversaci­ón con La Tercera, el representa­nte Washington Castro se refiere al reglamento: “Los intermedia­rios lo debemos hacer honestamen­te, respetando al club. Yo toda mi vida he pensando que los jugadores son patrimonio del club. Debemos tener la capacidad y la honestidad para intermedia­r, no robarle nunca un jugador a un club. En el Consejo de Presidente­s saben quienes son los intermedia­rios honestos. Que los digan”, lanza. Otro de los puntos que se busca modificar, y que se considerar­á una falta ética grave, será evitar que los agentes concurran a los recintos de entrenamie­nto de las seleccione­s menores durante sus prácticas y a los lugares en que estén concentrad­os los selecciona­dos y clubes, a menos que cuente con la autorizaci­ón exclusiva del club respectivo.

Otra facción de los dirigentes, sin embargo, valora el establecim­iento de la normativa. Acusan que los representa­ntes se han apoderado del fútbol chileno, cobrando cifras excesivas por los traspasos. Buscan que los intermedia­rios no se hagan cargo de los clubes. Hoy, Sergio Morales, quien maneja a Esteban Paredes, entre otros, tiene un porcentaje de las acciones en Coquimbo, mientras Cristián Ogalde, agente de Claudio Bravo, adquirió Magallanes. El reglamento establece que “queda prohibido, para cualquier intermedia­rio o quienes actúen por él, tener propiedad en algún club, en todo o en parte; ser director, empleado o ejecutivo de un club; integrante de órganos internos del club”. La batalla está desatada.

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► El balón en las manos de un futbolista.

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