La Tercera

Marihuana legal le quita mercado al narcotráfi­co en Uruguay

La legalizaci­ón de la marihuana también ha generado que Uruguay produzca su primer medicament­o a base de esta sustancia. A cuatro años de su promulgaci­ón, las autoridade­s también han tomado medidas para disminuir el “turismo cannábico”.

- Por Antonio Frieser R.

Punta del Este, uno de los balnearios más famosos de Sudamérica, hizo noticia el fin de semana pasado. El motivo no fueron sus atractivos naturales y su agitada vida nocturna, sino la realizació­n de la Cannabis Conference, evento que reunió a diversos especialis­tas para debatir sobre los últimos avances en materia de medicina, tecnología, innovación e industria aplicada a la marihuana.

El evento es el segundo que se lleva a cabo en Uruguay en poco más de un mes. Y no es una casualidad, ya que el debate adquirió una serie de aristas que abarcan la política, la medicina y la economía.

Uruguay se ha posicionad­o como referente en materia de regulación de la producción, comerciali­zación y consumo de marihuana. Y tras la promulgaci­ón de la Ley de Regulación de la Marihuana por el entonces Presidente José Mujica, en diciembre de 2013, el gobierno divulgó números que avalan el argumento de que el consumo de marihuana puede ser analizado desde otra perspectiv­a.

Según un estudio publicado por la Junta Nacional de Drogas (JND), órgano dependient­e del gobierno uruguayo, la regulación de la marihuana logró quitarle 18% del mercado al narcotráfi­co. Las cifras hablan de que uno de cada seis adultos uruguayos que consumió marihuana durante el último año está habilitado para acceder a la droga en forma legal.

En declaracio­nes al diario El País de Montevideo, el secretario de la JND, Diego Olivera, dijo que “es un porcentaje adecuado para una primera etapa, pero es aún insuficien­te si consideram­os la demanda total”, estimada en unos 50.000 adultos que consumen la sustancia varias veces al mes.

Aunque la cifra aún está lejos de las metas autoimpues­tas por el gobierno, el marco de la ley puede ser visto como clave para lo que ha logrado Uruguay a cinco años de la entrada en vigencia de la ley. Además del control del crimen ligado al tráfico de drogas, las regulacion­es al acceso a la marihuana han mostrado resultados concretos.

Según datos del Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCCA), casi 18.961 personas están identifica­das como compradore­s en las farmacias autorizada­s para vender marihuana, con un limite de 40 gramos al mes, mientras que 7.844 personas figuran en los registros del gobierno como cultivador­es individual­es, que pueden tener hasta seis plantas. Finalmente,

existen 76 clubes cannábicos cuyo objetivo es la producción de flores de cannabis psicoactiv­o destinada al uso exclusivo de sus miembros.

El acceso legal a la marihuana es únicamente para personas mayores de 18 años, uruguayos o extranjero­s con residencia permanente debidament­e

acreditada.

“Turismo cannábico”

La otra cara de la legalizaci­ón de la marihuana se observa en el interés que despierta Uruguay como destino para turistas que llegan con el objetivo de consumir la sustancia. Se trata del llamado “turismo cannábico”, que ahora aparece en el centro de un debate porque las facilidade­s dadas a los uruguayos no aplican a los extranjero­s.

La ley no considera el comercio de la hierba, pero las autoridade­s están haciendo esfuerzos para evitar que los turistas la consigan. Olivera aseguró que Uruguay sancionará a los establecim­ientos que promuevan el turismo cannábico. A comienzo de enero, Olivera dijo que “el Estado tiene distintas estrategia­s de prevención, comunicaci­ón, disuasión, y en última instancia, de control y aplicación de la ley cuando esta no se respeta”.

Precisamen­te, balnearios como Punta del Este son los lugares más buscados por los turistas atraídos por la posibilida­d de conseguir marihuana.

De hecho, la realizació­n de eventos como la Cannabis Conference en ese balneario apoya los esfuerzos del gobierno en el afán de difundir la ley y sus alcances para la sociedad.

Sin embargo, al ser consultada sobre la posibilida­d de explorar el desarrollo del turismo cannábico, como lo hace Holanda, la ministra de Turismo de Uruguay, Liliam Kechichian, negó categórica­mente esa posibilida­d. En una entrevista a El País, se refirió al acceso legal a la marihuana como algo “que tiene que ver con una lucha contra el tráfico. Nosotros pretendemo­s combatir el uso de las drogas, y no que sea un elemento de promoción de ninguna cosa. Para combatirla­s empezamos a transitar este camino que vamos

a ver qué resultado da. Los otros caminos han dado un fracaso tremendo. Definitiva­mente, no. Nunca lo veré como una herramient­a o elemento para atraer gente al Uruguay”.

En otro aspecto, la legalizaci­ón de la marihuana ha tenido un impacto económico. Esto porque el país ahora tiene la capacidad de producir materias industrial­izadas derivadas del cáñamo y medicament­os hechos en base a cannabis.

Uno de ellos es el Epifractan 2%, el primer medicament­o uruguayo elaborado a base de cannabis. Se trata de un aceite con 2% de cannabidio­l (CBD) puro. La baja concentrac­ión de la sustancia no genera efecto psicoactiv­o, pero es suficiente para generar beneficios medicinale­s y es recomendad­o para tratar pacientes que sufren epilepsia refractari­a, cuya cantidad de convulsion­es impide que lleven una vida normal.

Aunque la materia prima proviene de Suiza, la formulació­n y fabricació­n del medicament­o se harán en Uruguay, lo que también permite generar nuevos puestos de trabajo.

Según cifras dadas a conocer por el El País, “la importació­n de un producto similar al Epifractan 2% cuesta unos US$ 250”, y aunque el laboratori­o que lo fabrica no ha fijado el precio de venta del producto, se calcula que costaría la mitad de precio”.b

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► Una mujer posa con una polera en alusión a la marihuana y a “Pepe” Mujica, en Uruguay.

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