Paula en la práctica
Un seguimiento a la mediatizada banca de Santiago Morning durante un amistoso con el foco puesto en el delirante reparto de funciones de su staff técnico. Un DT, García, y una ayudante, Navarro, que apenas interactúan. Una historia de distancia, desdén y
Son las 9 de la mañana en Requínoa y en las impecables instalaciones deportivas del Monasterio Celeste, el centro de entrenamiento de O’Higgins, se respira una paz inmensa. Los futbolistas de Gabriel Milito se ejercitan ya en una de las canchas, aguardando la llegada de su adversario en la plácida mañana de miércoles.
El silencio imperante se ve amenazado tan solo por la presencia de una de las incondicionales barras del Capo de Provincia, que lleva ya un rato instalada sobre el muro lateral que separa el recinto de la carretera. No han sido invitados al encuentro amistoso de su equipo los hinchas rancagüinos, pero han sabido ingeniárselas para seguir el partido en directo.
Pero no es hasta las 10 de la mañana, la hora pactada por cierto para el arranque del duelo, que Santiago Morning hace su aparición en el Monasterio. Llega a bordo de un bus el cuadro microbusero con Jaime García (41), su flamante entrenador, a la cabeza, y Paula Navarro (45), la no menos flamante técnica adjunta, caminando en segundo término. Esos serán sus roles durante toda la jornada, pues donde manda capitán -dicen, y tanto García como los futbolistas del Chago parecen tenerlo muy claro a estas alturas-, no manda marinero. A las 10.30 de la mañana echa a rodar al fin el balón en el feudo celeste.
Y lo primero que llama la atención es el papel que asumen, desde el pitazo inicial, los dos entrenadores. Jaime García (el DT principal, el que fue oficializado por el club en desmedro de Paula y el que la semana pasada manifestó sentirse “un poco incómodo” con la injerencia de ésta), permanentemente de pie, dando instrucciones al borde del área técnica, mientras Navarro (su ayudante en teoría, la mujer llamada a desmontar los prejuicios del fútbol, la que iba a ser DT principal y terminó convertida en una especie de asistente) permanece sentada en la banca, tomando notas en su pizarra alejada del juego. Un juego que, por cierto, no ha tardado demasiado en complicársele a Santiago Morning, que en menos de cinco minutos pierde ya por 1-0. Jaime García reprende entonces a sus futbolistas. Paula Navarro apunta sus observaciones en una libreta. Pero el tándem que ambos conforman no termina de funcionar porque, sencillamente, ni siquiera es un tándem.
Una realidad que queda en completa evidencia tras el 2-0 de O’Higgins, al filo de los 10 minutos de juego. García comparte al oído algunas impresiones sobre el desarrollo del partido con Luis Wilson (preparador físico) y con Jorge Martínez (entrenador de arqueros). Sentada tras de ellos en la banca, a menos de un metro de distancia, se encuentra Paula Navarro, definitivamente ninguneada en materia técnica.
La entrenadora, ataviada con pantalón corto negro, polera blanca y gorra negra, masca chicle incansablemente, se aplica bloqueador, lo comparte con el arquero suplente y toma apuntes, muchos, con una obstinación encomiable. Pero las órdenes, las instrucciones, las arengas, le corresponden solamente a García, short gris, polera oscura y rostro preocupado a veces.
Cuando culmina el primer tiempo de 20 minutos del peculiar formato de juego se produce el primer conato de interacción entre ambos, cuando Paula le alcanza a Jaime una botella de bebida energética. El DT la recibe, mirándola apenas de soslayo, y el Chago Morning se marcha al entretiempo perdiendo por tres a cero.
Es durante el breve descanso cuando Navarro abandona por primera vez su sitio en el costado de la banca. Lo hace para sumarse, piza- rra en mano, a la charla técnica que está aconteciendo en la cancha adyacente. Participan de ella los futbolistas, claro, Jaime García y el PF, mientras el preparador de arqueros inicia su trabajo con los guardametas suplentes. Todos están inmersos ahora en sus funciones técnicas, a excepción de Paula y los utileros. Los jugadores escuchan con atención a su DT, y también Paula, pero contra todo pronóstico la entrenadora adjunta no llega a tomar la palabra en ningún momento. Tampoco se la ceden. A juzgar por los acontecimientos, las consideraciones que figuran en su pizarra no serán consideradas esta vez. Arranca la segunda mitad y García regresa a su posición en el área técnica. Paula Navarro se sienta otra vez en la banca de suplentes. “Ella no es del cuerpo técnico. Está como aprendiendo. Es como veedora o algo así”, revela a La Tercera uno de los utileros. Y ésa es la sensación que se desprende de la delirante escena. Paula, la única mujer presente en el recinto rancagüino, la que a punto estuvo de tomar las riendas de la dirección técnica del equipo en diciembre, es definida ahora, en enero, como una suerte de entrenadora en práctica.
A las 11.15 la pelota está rodando de nuevo. O’Higgins sigue acaparando las ocasiones. Y estirando su ventaja en el partido. Al 4-0 le sigue el 5-0 y el calor aprieta ya como una soga en Rancagua. Navarro, a la sombra (de la banca y de García) sigue con minuciosa atención lo que sucede sobre el terreno de juego, pero no es hasta el pitazo final del primer partido que intercambia por primera vez impresiones con su presunto jefe. Es una conversación breve, pero también inédita. Y se diría que incluso cordial y amena.
El segundo de los partidos de la jornada en el Monasterio Celeste (también de 20 minutos por tiempo) lo protagonizan las oncenas alternativas de ambos equipos. Se lo terminará adjudicando el Chago por 0-2, pero ésa será la única novedad en Requínoa.
Al término del amistoso, en muchos sentidos intrascendente, Jaime García, con rictus más relajado, felicita a sus jugadores sobre el césped, mientras Paula Navarro, de indescifrable rol durante los 80 minutos de pleito, guarda su pizarra y emprende su camino hacia los camarines en silencio. Cuesta esfuerzo explicar su actual función dentro del cuerpo técnico del cuadro bohemio. Pero mucho más enten- derlo. Ni los propios futbolistas parecen tenerlo del todo claro.
“Nosotros en esas cosas no nos metemos mucho. El profe Jaime García nos da las indicaciones y nosotros tenemos que tratar de hacerle caso y cumplir lo que él nos dice. El que nos da las indicaciones antes de entrar a la cancha es él y es a quien tenemos que obedecer netamente”, manifiesta al respecto el centrocampista Fabián Núñez (25), uno de los referentes de Santiago Morning. Y después agrega: “Paula es algo parecido a una ayudante, pero en la parte técnica ella no se mete. Relativamente no. Yo creo que hablarán entre ellos, pero la indicación final antes de los partidos, que es lo importante, la da el profe Jaime”, culmina el Zombie.
Y mientras García declina amablemente hacer declaraciones, limitándose a un escueto “quiero que sean los resultados los que me juzguen”; y Navarro, también sonriente, se disculpa con un misterioso “no voy a hablar ahora, pero la idea no es que hable sólo yo, sino que hablemos todos”, el caos y la confusión siguen apoderándose de la banca de Santiago Morning. Es tal el desconcierto que Yerko Rojas (22), delantero a préstamo de Palestino, resume así el actual reparto de funciones del staff técnico: “Yo no sé en realidad qué cargo tiene ella. Oficialmente no lo sé. Yo vengo recién llegando, pero sé que el entrenador es Jaime. Él fue el que me trajo, él es el entrenador y es el que manda”.
A las 13 horas el bus de los microbuseros abandona el Monasterio Celeste. Viajan en él los jugadores. Jaime García y Paula Navarro se han marchado, cada uno por su lado y los dos en silencio, en sus respectivos autos particulares.
“No voy a hablar ahora, pero la idea es que no hable sólo yo, que hablemos todos”. PAULA NAVARRO AYUDANTE DE SANTIAGO MORNING
“Estoy saturado de hablar, quiero que sean los resultados los que me juzguen”. JAIME GARCÍA TÉCNICO DE SANTIAGO MORNING
“Paula viene y todo, pero no sé en realidad qué cargo tiene. Pero sé que el entrenador es Jaime”. YERKO ROJAS DELANTERO DE S. MORNING
“(Paula) es algo parecido a una ayudante, pero en la parte técnica no se mete. Obedecemos al Profe”. FABIÁN NÚÑEZ VOLANTE DE SANTIAGO MORNING