Los desafíos para el transporte
Los avances y desaciertos del gobierno actual, los proyectos de ley en discusión y las nuevas tendencias y tecnologías en movilidad harán que la agenda del sector transporte del nuevo gobierno sea tan dinámica como desafiante. Un tema ineludible es la licitación de Transantiago, que pretende mejorar la experiencia de viaje, pero que nos deja una serie de dudas. La historia de Transantiago muestra que el diseño de contratos ha sido clave para explicar algunos de sus aspectos más deficitarios. El gobierno saliente con el entrante deben coordinarse para que los errores del pasado se enmienden en esta etapa. El valor de esta licitación trasciende a Transantiago, ya que un buen resultado allanaría el camino para modernizar el transporte público en regiones. El alineamiento de los recursos de la ley de subsidios con la calidad de servicio es otro aspecto en que la futura administración debe intervenir.
En seguridad vial está en discusión la esperada aprobación del proyecto de ley de Convivencia Vial, que reduce el límite de velocidad de 60 a 50 km/h en zonas urbanas, en sintonía con las mejores prácticas internacionales. Este cambio, apoyado por organizaciones ciudadanas, especialistas y fue recientemente respaldado por la OCDE, debe ser seguido de la restitución del control automático de velocidad, no para servir como caja recaudadora, sino que como disuasivo de comportamientos riesgosos. Todas estas medidas tienen comprobados beneficios en reducciones de muertes y heridos.
En el tema de las plataformas tipo Uber, la investigación en Chile y en Estados Unidos muestra que proveen de múltiples beneficios a sus usuarios, pero aumentan el tráfico. La norma que se discute debe tomar en cuenta este hecho, cobrando una tarifa por kilómetro o por viaje (que debería ser cero de noche), además de incluir el uso compartido de los vehículos. En paralelo, esperamos que el incentivo a la caminata y a la bicicleta en el diseño del espacio público se acentúe, pues en Chile y en el mundo no hay vuelta atrás: las políticas públicas promovilidad sustentable llegaron para quedarse.
No se puede dejar de mencionar otro punto pendiente: la indispensable creación de una Autoridad Metropolitana de Transporte, que reúna las decisiones que afectan la movilidad urbana y que hoy están dispersas en los ministerios de Transportes, Obras Públicas, Vivienda, la Intendencia y 35 municipalidades.
Académico Ingeniería Civil en Transporte, U. de Chile