Los pilotos siguen enchufados con el combustible
Veinte pilotos recorrerán mañana el circuito santiaguino, dando el ejemplo de lo que las energías limpias pueden hacer. Eso sí, no todos se han desenchufado totalmente del automovilismo tradicional: el de los motores que rugen y contaminan, aquel donde, obviamente, todos partieron.
Como Sébastien Buemi, el piloto suizo de Renault, que fue tester de Red Bull la pasada temporada de la Fórmula Uno. Lo mismo que el británico Oliver Turvey (NIO), quien probó los McLaren en 2017.
El francés Jean-Éric Vergne (Techeetah) llegó a la Fórmula Uno en 2011 y a la Fórmula E en 2014 y ha sido paralelamente probador de Ferrari en 2015 y 2016, aunque el año pasado ya se pasó al Endurance Championship.
Una serie similar, la Weather Tech SportsCar, recibe también al portugués Antonio da Costa (Andretti), el sueco Felix Rosenqvist (Mahindra), los alemanes Maro Engel (Venturi) y Nick Heidfeld (Mahindra) o el inglés Sam Bird (Virgin). Este último (en la foto, en una visita ayer al entrenamiento de Universidad Católica), corre el Mundial de Turismo y fue quinto en las 24 Horas de Le Mans el año pasado.
Similar duplicidad tiene el londinense Alex Lynn (Virgin) o el brasileño Nelsinho Piquet (Jaguar), otro ex F1, así como el galo Nico Prost (Renault) o el argentino José María López (Dragon), excampeón de la WTCC y el germano André Lotterer (Techeetah), corredores de resistencia.
Heidfeld es el piloto con más historia en la F1: 12 años, entre 2000 y 2011. Historia diferente la del brasileño Lucas di Grassi (Audi), quien fue tester de Pirelli, para probar los neumáticos para la Fórmula Uno, serie en la que corrió en 2010. Como curioso es el paso de Rosenqvist y Lotterer en la Súper Fórmula japonesa la temporada pasada.
El alemán Engel (Venturi, el equipo de DiCaprio) corre con regularidad la DTM, de donde también proviene el inglés Tom Blomqvist (Andretti).