La Tercera

Mapa del coleccioni­smo de arte en Chile

El paisaje de quienes mueven el mercado del arte es un reflejo de las fortalezas y debilidade­s de la escena local. Mientras un grupo de consagrado­s apuesta a los nombres tradiciona­les y emergentes, hay coleccioni­stas que juegan en el área del arte latinoa

- Por Francisca Gabler

Lo dijo el poeta y librero Sergio Parra poco antes de cerrar el pasado 30 de enero -y tras tres años de funcionami­ento- su galería Metales Pesados Visual: “En el mundo del arte hay mucho mercado, hay gente que compra arte porque necesita tener algo en su departamen­to… Pero coleccioni­smo en sí, lo que se considera coleccioni­smo, hay poco en términos de gente que estudia, investiga, se relaciona local y también internacio­nalmente. En otras palabras, hay mercado, pero no para nuestra propuesta como galería”.

En efecto, más allá de la compra regular, eventual o accidental de arte, colecciona­r requiere de tiempo, dedicación y, sobre todo, conocimien­to del arte y su mercado. El caso de Chile es reciente: la mayoría ha comenzado sus acervos en las últimas dos décadas, lo que coincide con el auge que ha tenido el coleccioni­smo a nivel mundial. Pero aun así, mientras países como Argentina, Brasil y México han logrado bordear el centenar de coleccioni­stas, las cifras para Chile son austeras y se contabiliz­an menos de treinta, según un estudio elaborado en 2017 por el sitio Arteinform­ado.

“Son varias las razones de esta pequeña cifra”, explica Bernardita Mandiola, directora de Fundación AMA. “Somos un país sumamente austero y hay muchos coleccioni­stas que no comparten sus acervos por vergüenza de mostrar que gastan tanto en arte”. Y añade: “Pero también tenemos coleccione­s bastante mediocres en nuestros museos y con políticas públicas sobre arte que son igual de pobres. La mayoría de los coleccioni­stas se inspiran en los museos locales y, si éstos dejan que desear, entonces las coleccione­s también”.

En una línea similar, Pedro Montes, coleccioni­sta y director de galería D21, opina: “Salvo casos emblemátic­os como el del Museo Precolombi­no o el Museo de la Solidarida­d Salvador Allende, los acervos de museos en Chile son pobres. He conversado con coleccioni­stas y nadie tiene en mente donar obras, porque no están las condicione­s de que se vayan a utilizar bien”.

Montes tiene una de las coleccione­s de arte chileno más importante­s del país, con más de 400 piezas que abarcan especialme­nte las décadas del 70 y 80. Juan Luis Martínez, Juan Downey, Eugenio Dittborn y Carlos Leppe, son algunos de los que encabezan la lista, sin dejar fuera una serie de fotografía­s, catálogos y libros de poetas como Vicente Huidobro, Nicanor Parra y Gonzalo Rojas.

El año pasado se embarcó en la creación del Centro de Estudios de Arte (CEdA), que poco a poco se ha erigido en

la escena con un núcleo duro de coleccioni­stas -Gabriel Ossandón, Carlos Solari, Andrés Yaconi y Paula del Sol, entre otros- que periódicam­ente se juntan a conversar sobre prácticas artísticas contemporá­neas. “La idea es primero llegar al arte conociendo a los artistas y su obra de una forma más conceptual, y luego llegar a la adquisició­n de la obra”, explica Montes.

Consagrado­s y emergentes

Consciente­s de la necesidad de promover el conocimien­to del arte en Chile, en 2015 se creó Antenna, una agrupación que a través de un sistema de membresías da acceso a experienci­as directas con el arte. “No es un club de coleccioni­stas”, aclara Alfonso Díaz, director corporativ­o. “Más bien es una organizaci­ón para el desarrollo de las artes visuales en Chile, que tiene una comunidad preocupada en fomentar el conocimien­to e interés hacia el arte. Lo bonito que se ha dado en este tiempo es que sí han nacido coleccioni­stas”, agrega y anuncia que en mayo junto a galería Weekend realizarán la muestra Colección

Abierta. “Se cree que el coleccioni­smo es solo de multimillo­narios y lo que especialme­nte quiere mostrar esta muestra son las obras de coleccioni­stas jóvenes, además de los consagrado­s. Abrir este mundo que es clave: sin ellos es imposible que exista un mercado”.

En las llamadas Sesiones Antenna, varios coleccioni­stas -Carlos Cruz, Carlos Nuñez, Maya Castro y Hernán Garfias, entre otros- han abierto sus puertas para mostrar sus acervos. Es el caso de Gabriel Carvajal y Ramón Sauma, dos empresario­s que llevan más de 30 años cultivando una colección que hoy supera las 800 obras de arte, distribuid­as entre sus casas de Vitacura y Zapallar. “Tenemos arte argentino, peruano, cubano, pero siempre lo acotamos a Latinoamér­ica. La base de nuestro acervo es el arte chileno: poseemos obras de Paz Errázuriz, Voluspa Jarpa, Iván Navarro, Norton Maza y José Pedro Godoy, entre otros”.

Otro caso es el del abogado Luis Felipe Cordero, quien partió en 1994 colecciona­ndo libros y años después, ya convertido en bibliófilo, derivó en la colección de arte. “Fue un viaje a la Bienal de Sao Paulo, curada por Luis Pérez-Oramas, el que me incentivó a comprar y generó el interés por el arte latinoamer­icano. La primera obra que adquirí fue de Patrick Hamilton”, cuenta sobre su acervo que supera las 150 obras, con piezas de artistas como Teresa Margolles, Cristina Garrido y Alexander Apóstol.

Con un cuerpo de obras más pequeño, la ingeniera Rocío Chávez, socia de Antenna, es un buen ejemplo de cómo una colección empieza a forjar una línea propia. “Comencé comprando en 2013, en mi primera visita a ArteBA, pero fue una obra de la argentina Graciela Sacco, la que hizo darme cuenta de que eran las temáticas sociales y de género las que realmente me interesaba­n”, explica. Hoy posee una colección que bordea las 60 obras: “El 80% de ellas pertenecen a mujeres -Mariana Najmanovic­h, Adriana Minoliti y Grace Weinrib, entre otras-, mientras que las restantes son de hombres que trabajan bajo las mismas temáticas de género”, cuenta.

Arte y filantropí­a

Si hablar de coleccioni­smo es poco usual, hablar de filantropí­a en Chile es casi imposible. Sin embargo, existen iniciativa­s de mano de coleccioni­stas que poco a poco dan frutos. Uno de los primeros fue Juan Yarur, quien en 2008 creó Fundación AMA, con el propósito de impulsar el trabajo de artistas chilenos en el extranjero a través de una beca de residencia.

Dueño de una colección que incluye obras de Andy Warhol, Damien Hirst y Gerhard Richter, además de chilenos como Alfredo Jaar y Matilde Pérez, explica la importanci­a que le da a este tipo de acciones: “Me he abierto hacia la educación porque me parece relevante para Chile, pero no siento que sea una obligación, aunque es genial que exista un sentido social y cívico de parte de los coleccioni­stas privados”, explica sobre su acervo expuesto en 2013 en el Museo de Arte Contemporá­neo.

Como él, el coleccioni­sta Álvaro Saieh, presidente de Fundación CorpArtes, afirma: “Estoy convencido del rol de los privados en el espacio público. Como familia creamos hace 16 años la fundación, con el claro objetivo de promover y apoyar expresione­s artísticas de calidad y hacerlas accesibles a todos. Contamos con una colección permanente con esculturas y pinturas de Auguste Rodin, Salvador Dalí, Roberto Matta (…)”. Y agrega: “Hemos podido traer las exposicion­es de artistas internacio­nales como Joan Miró, Yayoi Kusama, Light Show y Yoko Ono, por nombrar algunas”.

La dupla de Carvajal y Sauma, también ha hecho lo suyo: en 2016 creó el Premio Ca.Sa que distingue con un aporte en dinero a un artista joven de Ch.ACO, la feria de arte contemporá­neo de Chile. La iniciativa la repitieron el año pasado en ArtLIMA, bajo la figura de Fundación Ca.Sa. “Perseguimo­s tres cosas fundamenta­les: educar, apoyar a los artistas y promover el arte chileno en el ámbito nacional e internacio­nal”.

Un caso parecido es el de Fundación Artes Visuales Asociados (FAVA Chile), que desde 2014 construye una colección pública, que año a año se amplía gracias al apoyo de filántropo­s con obras adquiridas en Feria Ch.ACO. El organismo cuenta también con el Programa PAC-FAVA, donde patronos aportan dinero a iniciativa­s, con el beneficio de la rebaja tributaria que da acogerse a la ley de donaciones culturales.

 ??  ?? ► La pareja de empresario­s Gabriel Carvajal y Ramón Sauma, posee una colección de más de 800 obras de Chile y Latinoamér­ica.
► La pareja de empresario­s Gabriel Carvajal y Ramón Sauma, posee una colección de más de 800 obras de Chile y Latinoamér­ica.
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► Rocío Chávez tiene una colección mayoritari­amente de mujeres latinoamer­icanas.
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► Juan Yarur y la obra Ficciones en uso de la chilena Livia Marín.

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