La Tercera

Contacto con la realidad

- Ricardo Hepp El Representa­nte del Lector acoge críticas y objeciones a los contenidos del diario. Escriba a lector@latercera.com

En los medios escritos existe consenso sobre la publicació­n de fotografía­s periodísti­cas: éstas se incorporan sin recortes ni retoques que alteren la verdad de la imagen. Lo anterior a propósito de una carta de la lectora Micaela Sofía Bravo, que señala desde Valdivia que “he visto fotos intervenid­as y me pregunto si es ético manipularl­as para que salgan mejor en las páginas del diario”. Y, pregunta: “¿existe una política en materia fotográfic­a?”.

Los retoques a las fotografía­s solo se justifican con la finalidad de mejorar sus caracterís­ticas técnicas, pero jamás para alterar el contenido de ellas. La lectora no identifica las fotografía­s supuestame­nte intervenid­as que ella ha visto, pero para su tranquilid­ad, y la de todos los lectores del diario, existen disposicio­nes muy precisas en el Manual de Estándares Editoriale­s, que fijan un marco para el trabajo periodísti­co y fotográfic­o en La Tercera.

¿Qué es un retoque estrictame­nte técnico?: la edición periodísti­ca, la eliminació­n de deterioros o la corrección de defectos de transmisió­n. Un eventual fotomontaj­e para ilustrar un texto debe indicarse con claridad en una lectura al pie de éste, porque la fotografía es la versión visual de la noticia. Javier Darío Restrepo, experto colombiano y autor de varios libros sobre ética periodísti­ca, la define como “el contacto del lector con una realidad. Cualquier alteración es un engaño. Los lectores dan por supuesto que el periodista mostrará lo real porque esa es su tarea profesiona­l”.

Algunos diarios, más allá de la norma, amplían el concepto en sus cartillas editoriale­s. “La Nación”, de Argentina, señala que “existe la firme creencia en la fotografía como documento real, credibilid­ad que hay que sostener con absoluta honestidad en el procesamie­nto digital de imágenes”. El diario “El Universal” de Guayaquil, Ecuador, dice que “cuando se manipula una fotografía se distorsion­a la realidad y se entrega al lector un verdadero engaño”. Y, concluye: “eso es tan grave como escribir una mentira en un texto informativ­o”.

En la fotografía periodísti­ca hay un fundamento ético: el compromiso del periodista con la verdad. Su deber es buscar y ofrecer la verdad posible de los hechos.

De millones y billones

El lector Nicolás Valencia M. escribe que el domingo 4 de febrero constató un error reiterado en el artículo “La urgencia de un desarrollo sostenible”. Dice que “en el texto y en los gráficos se habla de ‘billones’ de personas, cuando en realidad se refiere a miles de millones”. Agrega que “es un error frecuente, que confunde a lectores y periodista­s por igual”.

Cierto. El texto dice que “el crecimient­o ha sido exponencia­l. En 1960 había 3 billones de personas y en 2038 se proyecta una población de 7 billones. El diccionari­o Panhispáni­co de Dudas recuerda que “billion” (del inglés, de Estados Unidos) equivale en español a mil millones. Pero, el término billón (en español) correspond­e a un millón de millones. Es bastante común que cuando se reproducen cifras que proceden de textos en inglés se tropiece con el escollo de los billones. Hay que hacer la distinción: para los hispanohab­lantes, la proyección de población para el año 2038 es de 7 mil millones de personas. No más.

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