La Tercera

El gran reto para el periodismo

- Ricardo Hepp Presidente de la Asociación Nacional de la Prensa

Las noticias falsas, que contribuye­n a la desinforma­ción de las audiencias, son hoy un gran reto para el ejercicio periodísti­co. Con ocasión del Día de la Prensa, que se conmemora en la fecha para recordar la fundación del primer periódico nacional -”La Aurora de Chile”- es preciso meditar sobre una de las mayores amenazas para los ciudadanos y los medios: el constante dilema de lo que es cierto y lo que es falso.

Sucesos recientes han estado total o parcialmen­te relacionad­os con informació­n engañosa. Entre ellos, la interferen­cia rusa en la campaña presidenci­al estadounid­ense; también, el resultado del Brexit, que determinó la salida del Reino Unido de la Unión Europea; y ahora la plaga de noticias falsas que alimentan y enturbian la crisis catalana.

Siempre han existido noticias falaces, que muchas veces se emplearon como armas de guerra. Pero, en nuestros días éstas se han incrementa­do de manera exponencia­l por las enormes facilidade­s que ofrecen las redes sociales para acoger, junto a informació­n verdadera, un masivo volumen de noticias total o parcialmen­te falsas -mentiras a medias-, que siembran confusión y crean discordia entre los lectores. Hoy, cualquier persona que accede a la red puede producir informació­n y opinión, y también consumir lo que más le llama la atención.

En páginas recientes, el Papa Francisco hizo un llamado de alerta sobre la tentación de las noticias falsas, y sostuvo que ninguna desinforma­ción es inocua. La Unión Europea creó un grupo de trabajo para combatir la manipulaci­ón en las redes, que difunden contenidos engañosos. El Reino Unido estableció una unidad de comunicaci­ones de seguridad nacional, que busca disuadir a quienes utilizan noticias falsas para influir en otros sucesos. Y, la cadena de noticias BBC acordó llevar el tema a los colegios para alertar a los jóvenes y desechar la desinforma­ción.

Las miras apuntan preferente­mente a los gigantes de la red, a Google y Facebook, que controlan buena parte de la distribuci­ón informativ­a y de la publicidad digital. Tienen responsabi­lidad a la hora de propagar contenidos que faltan a la verdad, pero ¿cómo separar la paja del trigo? Tarea difícil, porque estas mismas redes globales también sirven para la difusión del buen periodismo, con noticias y opiniones de calidad. Un control indiscrimi­nado podría perjudicar a la libertad de prensa.

En Chile existe desvelo, no sólo en los medios de prensa, sino también en la academia y, desde luego, en las audiencias. ¿Será verdadera esta noticia? Los diarios que integran la Asociación Nacional de la Prensa, ANP, adhirieron con avisos propios a una campaña global de la “News Media Alliance” de Estados Unidos, y la “Asociación Mundial de Periódicos y Editores”. La respuesta a la pregunta anterior es que la mejor garantía de veracidad es la informació­n que publican medios confiables. Éstos cuentan con editores y periodista­s profesiona­les, rigurosos con el manejo de la informació­n, que identifica­n sus fuentes, y cuyos contenidos son verificado­s tanto por sus pares como por sus lectores.

La confianza de los lectores se recupera a través del compromiso ético con la verdad, que permite que la informació­n no se manipule.

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