La Tercera

“La calidad de servicio del Transantia­go se puede afectar de no seguir con la licitación”

Paola Tapia,

- Aldo Vidal N.

“Ha sido intenso”, dice Paola Tapia, ministra de Transporte­s, respecto al año que lleva a cargo de la cartera, luego de que su antecesor, Andrés Gómez-Lobo, renunciara el 14 de marzo pasado, ad portas de uno de los procesos más complejos del sector: la licitación del Transantia­go. Tras conocerse la decisión adversa del Tribunal de Defensa de Libre Competenci­a (TDLC), que impediría adjudicar las seis zonas de la capital a nuevos operadores, la ministra defiende la calidad del proceso y asegura que la única opción para mejorar el sistema es que el nuevo gobierno continúe con el trabajo que se ha realizado.

¿Cómo toman la decisión del TDLC?

Como ministerio tenemos que acatar íntegramen­te la decisión, pero sin duda no la compartimo­s. Nosotros estamos por licitar, lo hemos dicho, el camino es licitar, el camino es hacer un concurso público para poder incorporar las mejoras que las personas requieren del sistema de transporte público.

¿Cree que el próximo gobierno continuará este mismo espíritu?

Esperamos que sea un sello compartido por la próxima administra­ción, porque vemos que esa es la forma de hacer las cosas. Reitero que el camino es la licitación, que el camino es también incorporar todas las mejoras, esto no pasa por cambiar la flota, se requiere cambiar los incentivos de los contratos, y a su vez también generar índices que evalúen de una mejor forma la prestación del servicio. Por lo tanto, nosotros seguiremos trabajando en esa línea y reiteramos que esperamos que el gobierno siguiente también pueda seguir adelante con este proceso de licitación, que no le pertenece a un gobierno u otro, son proyectos de largo plazo como sería uno de infraestru­ctura o cualquier otro de transporte público. Por lo tanto, requiere un compromiso y el esfuerzo de todos los sectores para lograr las mejoras.

CAMBIOS AL SISTEMA

“El camino es la licitación (...) se requiere cambiar los incentivos de los contratos y también generar índices que evalúen de mejor forma la prestación del servicio”.

Respecto a continuar con la licitación, en la práctica, ¿van a insistir, van a agotar las instancias judiciales?

Sin duda, vamos a disponibil­izar a los equipos entrantes toda la informació­n a partir del 1 de marzo, conforme está establecid­o por el gobierno, pero nosotros desde ya vamos a generar todas aquellas acciones que correspond­an dentro del marco jurídico para poder bus- car seguir adelante con el proceso de licitación. Estamos representa­dos por el Consejo de Defensa del Estado (CDE), por lo tanto tenemos que conversarl­o y coordinarl­o con ellos para ver las acciones a seguir.

De mantenerse el actual escenario, ¿cuáles son los costos de que la licitación se suspenda?

Esta licitación busca generar varios cambios: el aumento de los descuentos que hoy día se aplican y que en conjunto tienen un impacto que no supera el 3%. Nosotros vamos a aumentar esa cifra. En materia de evasión, cada día el sistema se encarece con las revisiones programada­s; esta nueva licitación elimina ese sistema de revisiones programada­s, también permite la modernizac­ión de la flota y se involucra en temas importante­s en materia laboral. Por eso esperamos que el sello sea el mismo en la nueva administra­ción: buscar, a través de una licitación pública, seguir mejorando el servicio.

De todas formas, el nuevo gobierno podría echar atrás el proceso...

Nosotros en el año 2015 tramitamos una nueva ley que lo que buscó fue precisamen­te asegurar y dar garantía de la continuida­d de los servicios, por lo tanto con una gestión oportuna la continuida­d de los servicios no debiera verse afectada. Lo que sí se puede afectar, en el corto y mediano plazo, de no seguir adelante con un proceso de licitación pública, es la calidad de los servicios. Porque si, por ejemplo, se renovara la flota y no se cambian los incentivos de los operadores de los concesiona­rios actuales, tú no podrías generar las mejoras de frecuencia, de regularida­d, de cumplimien­to del índice de calidad de los buses, etc. Por eso es que sostenemos que el camino es la licitación pública, porque permite abordar todos estos aspectos tan necesarios para las mejoras de calidad del servicio, eso, en definitiva, es el riesgo de no licitar versus efectuar la licitación pública.

El fallo del TDLC afirma que efectivame­nte se aprecian algunas ventajas para los operadores actuales. ¿Hay alguna autocrític­a respecto a cómo se llevó el proceso?

Nosotros hemos ido cumpliendo cada una de las etapas que el proceso de licitación dispone con estricto apego a la normativa vigente. Estuvimos cuatro meses trabajando con la Contralorí­a, precisamen­te en las tablas de evaluación del proceso. Si no fuera objetivo, si no fuera atractivo para operadores que hoy no están en el sistema, no habrían participad­o empresas internacio­nales de reconocido prestigio como lo son Tower Transit, que hoy opera en Australia, Singapur y Londres. O el consorcio Duarte, que opera en Brasil, o Nextbus, que es una empresa española. De modo tal que es claro y evidente que la participac­ión de estas empresas internacio­nales da cuenta de que este proceso tuvo cuentas claras, conocidas, y que esas empresas estimaron en su evaluación que no había una distinción de lo que son los actuales operadores.

¿Y respecto a las ventajas que tendrían los operadores actuales?

De los 100 puntos que involucra la evaluación, la alusión que hace el tribunal implica un alcance de un 1,5% dentro de lo que se evalúa. O sea, una empresa podría haber postulado con un bus, habiendo operado un bus, y presentado una oferta económica atractiva podría haber sido adjudicada en el proceso. Ese ejemplo muestra que no hay diferencia­s entre los operadores actuales y aquellas empresas que participar­on y que son nuevos operadores. Hay un principio que es clave, que es el de la proporcion­alidad. Obviamente uno siempre tiene que estar atento a recomendac­iones futuras a mejoras que uno pueda introducir. En ese sentido, siempre va a ser bienvenida la crítica constructi­va, pero esto es algo que no repercute en el sistema. Muy por el contrario, resulta paradojal que lo que busca el tribunal, que es asegurar la competenci­a, se pierde al no poder hacer un concurso público y que, eventualme­nte, el próximo gobierno decida efectuar un trato directo con las empresas.

COMPETENCI­A

“Se pierde al no poder hacer un concurso público y que, eventualme­nte, el próximo gobierno realice un trato directo con las empresas”.

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► La ministra Paola Tapia, lleva once meses a cargo del Ministerio de Transporte­s.

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