UNA VIDA DIGNA
SEÑOR DIRECTOR
La eutanasia es una temática que cada cierto tiempo sale a la palestra, pero luego nuevamente se olvida. A raíz del video de Paula Díaz que sufre una patología sin diagnóstico, uno vuelve a pensar que cada persona se merece una muerte digna y que hablar de eautanasia es una discusión valórica sobre el derecho a decidir sobre la propia vida.
Debemos darnos el tiempo de conversar este tema con altura de miras. Las patologías no solo afectan a las personas que las viven, sino también a su entorno. Debemos considerar los dolo- res físicos irreversibles y el desgaste emocional y económico. Ante esto debemos ver otras alternativas que permitan una muerte digna sin diferencias de ningún tipo. A nuestro Congreso se han presentado proyectos para legislar sobre la eutanasia, sin encontrar acogida para legislar. La salud es un derecho y no un privilegio para quienes vivimos con enfermedades crónicas, progresivas y sin cura. Merecemos una vida y una muerte dignas.
También debemos considerar que Chile es el único país que por ley garantiza el tratamiento de una serie de enfermedades que están en el Plan Auge y que tienen cobertura a través de la Ley Ricarte Soto. Es un gran avance; sin embargo, hay medicamentos que no están en ninguno y que por ser de segunda línea no tienen cobertura de isapres ni de Fonasa. Esto a la larga es una muerte silenciosa, ya que el Estado en vez de hacerse cargo se hace a un lado y nos obliga a que se deteriore nuestra calidad de vida; así, dejamos de ser un aporte para el país, lo que a la larga le sale más caro al Estado de Chile. Por ello, la salud debe ser responsabilidad del Estado y si la medicina avanza y se descubren tratamientos más avanzados, estos deben estar al alcance de todos, sin distinción. Claudia Opazo Ossandón Paciente con Esclerosis Múltiple