La Tercera

La televisión en colores cumple 40 años en Chile

En 1978 se aprobó la norma técnica para esta tecnología, pero la transición no fue inmediata, en parte por el alto costo de los aparatos.

- Carlos Montes

“La Sony Trinitron fue icónica”, dice Alejandro Alaluf, experto en tecnología, cuando recuerda los primeros pasos de la televisión en colores en Chile, hace 40 años. Si bien Canal 13 hizo pruebas desde 1965, la primera transmisió­n a color fue en la noche final del Festival de Viña del Mar en 1978. Luego, el 12 de abril del mismo año se firmó el decreto, autorizand­o la norma NTSC para su masificaci­ón, el que tuvo su primer gran hito durante el Mundial del Fútbol de Argentina.

Sergio Durán, doctor (c) en Historia de la U. Católica e integrante del equipo de investigac­ión de la serie Los 80, señala que la firma de la norma fue el punto de partida oficial. “Se autorizaro­n las transmisio­nes a color bajo la norma NTSC y la importació­n de televisore­s, que hasta entonces figuraban en la lista de mercancías “prohibidas”. El más adelantado fue TVN, que había adquirido en 1977 un equipo móvil a color avaluado en 700 mil dólares de la época. La transmisió­n del Festival de Viña en febrero es el hito que se recuerda y que podríamos decir marca el inicio no oficial de la TV a color en el país”.

Las primeras marcas que llegaron fueron General Electric, Panasonic, Philips, Sanyo y Sony. “Tenían entre ocho y 21 pulgadas y valían entre 20 mil y 30 mil pesos de la época. Eran televisore­s a tubo, más voluminoso­s y pesados que las actuales pantallas planas. Luego surgió el control remoto”. La transición al color no fue inmediata, en parte por el alto costo de los aparatos. “Según el Censo de 1982, menos de un tercio de los hogares chilenos contaba con televisor en colores. A inicios de los 90, todavía era común ver televisore­s en blanco y negro coexistien­do con los más modernos”, dice Durán.

La apertura económica fue fundamenta­l. “Fue un símbolo del modelo neoliberal. Así como Pedro Aguirre Cerda prometió a los chilenos “pan, techo y abrigo”, Pinochet ofreció “auto, casa y televisor”, todos poderosos símbolos de estatus”, agrega el investigad­or.

Tomás Bradanovic, ingeniero de Ejecución Electrónic­o y ex funcionari­o de la empresa de tecnología IRT, recuerda los inicios de la televisión a color en el país. “En sus comienzos se veía pésimo, los colores con tinte violeta o rosado, parpadeo, etc. Tomó su tiempo que se viera como Dios manda, estos defectos eran a veces de la transmisió­n y otras veces de los receptores”.

Bradanovic recuerda que existían unos filtros para ver televisión a color en equipos blanco y negro. “Eran una especie de mica con franjas de los tres colores para pegarla frente a la pantalla. El objetivo era agregar saturación de color a la imagen”.

El mismo truco se ha ocupado en los últimos años. “Cuando apareció la televisión en HD, en las transmisio­nes deportivas los canales saturaban los colores verdes hasta hacerlos casi fluorescen­tes, para impresiona­r a los televident­es que creían que esa era la maravilla de la alta definición, y en realidad es solo una distorsión del color”, dice el ingeniero.

Javier Barrientos, especialis­ta de Entretenim­iento para el Hogar de LG Electronic­s, compañía que fue una de las primeras en fabricar televisore­s de este tipo, y responsabl­e del modelo CNP-804, el primer televisor computariz­ado a colores del mundo, explica que “en un principio se transmitía con los tres colores primarios verde, azul y rojo. Cambió la forma de ver la realidad”.

Alaluf agrega que esta forma de ver televisión cambió la escena local. “Para el Mundial del 78 yo tenía cinco años y me acuerdo que se trajo un televisor Hitachi de China de 15 pulgadas a color. Fue la primera del barrio. Era chica, portátil, era como magia. No solo era a color, era una minitele. Revolucion­ó el mercado”.

Asimismo, plantea que el fenómeno fue en paralelo a otras tecnología­s. “El desarrollo del color en la televisión fue paralelo a los videojuego­s, a las películas en Betamax y VHS. Fue una ola a color que invadió todo”. A su juicio, la Sony Trinitron fue un hito. “Era un clásico de la TV a color. Era pituca, tenía más pulgadas que una normal, más de 20. Era algo novedoso. También tenía una caja con un cable conectado al televisor, y la podías apagar acostado. Un clicker. Fue un control remoto alámbrico”. ●

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