La Tercera

Intervenci­ón militar polariza a los brasileños y cuestiona a Temer

La acción contra el crimen organizado es fuertement­e criticada. En 2017 se registraro­n casi 7 mil homicidios en Río y ahora se autorizó el despliegue de 30 mil efectivos.

- Antonio Frieser R.

Están apostados en las principale­s vías de acceso a la ciudad y sus conexiones con el resto del país. Vehículos blindados recorren sus calles y lanchas patrullan las aguas de la zona. Se instalaron también retenes para registrar a los transeúnte­s. Estas son algunas de las postales que se observan hoy en Río de Janeiro, a poco más de una semana de que el Presidente Michel Temer decretara una intervenci­ón federal que entrega al Ejército el control de la seguridad pública del estado hasta el 31 de diciembre.

“El crimen organizado casi se apoderó de Río de Janeiro. Es una metástasis que se propaga por el país y amenaza la tranquilid­ad de nuestro pueblo”. Así defendió Temer el decreto para “enfrentar y derrotar el crimen organizado y las pandillas”, que estará vigente hasta el último día de su mandato. La medida es respaldada, además, por el gobernador de Río, Luiz Fernando Pezão, quien reconoció que el estado no es capaz de actuar solo para

detener la violencia y necesita ayuda del gobierno federal y de las Fuerzas Armadas.

Después de un carnaval con escenas de asaltos, tiroteos y muertes en diversos puntos de la ciudad, se agravó la crisis de seguridad que se vive en Río, amplificad­a por la ausencia de Pezão y del alcalde de la ciudad de Río de Janeiro, Marcelo Crivella, quienes estaban fuera de la ciudad. Ese hecho obligó al gobernador a reconocer que el gobierno estatal se había equivocado y que falló la planificac­ión de la seguridad.

La situación en Río no es nueva. Traducida a cifras oficiales proporcion­adas por el Instituto de Seguridad Pública (ISP), en 2017 se registraro­n 6.731 homicidios en el estado, entre ellos más de 100 policías y una decena de menores por “balas perdidas”. Un balance en constante crecimient­o desde 2012, cuando se habían totalizado 4.666, según el ISP.

Sin embargo, la medida adoptada por Temer, aprobada esta semana en el Congresono genera consenso.

Las Fuerzas Armadas brasileñas ya realizaron operacione­s similares en diversos estados del país en los últimos años. Pero esta es la primera en su tipo desde que fue promulgada la Constituci­ón de 1988. Todas las anteriores se ejecutaron invocando la Garantía de la Ley y el Orden (GLO), que es menos invasiva con la autonomía política y administra­ti- va del lugar, siendo vistas como una acción asociada con las fuerzas de seguridad locales, como ocurrió durante la visita del Papa Francisco en 2013 y el Mundial de Fútbol de 2014.

Esta vez, la seguridad pública del estado estará a cargo de un intervento­r que es el general Walter Souza Braga Netto, quien sólo debe rendirle cuentas a Temer.

Con amplias facultades para contratar, despedir, reestructu­rar órganos públicos, realizar gastos, contratar servicios y dar órdenes a funcionari­os civiles y militares, Braga Netto no responderá a la Justicia común, sino a un tribunal militar por sus actos. Para los despliegue­s militares se autorizó el uso de entre 25 mil y 30 mil efectivos. Sólo ayer, en un operativo en la favela Vila Kennedy, fueron desplegado­s 3.200 militares.

La sociedad civil ha manifestad­o su preocupaci­ón por la medida. En un video que refleja el sentir de parte de la población, y que se viralizó en las redes sociales, tres jóvenes ironizan el tema enseñando a las personas de raza negra cómo actuar y qué precaucion­es deben tener ante el “riesgo” que supone para ellos la presencia de los militares en las calles.

En una entrevista a radio Itatiaia, el ex presidente Lula acusó a Temer de “estar buscando una forma para ser candidato”. Según el ex mandatario, ante el fracaso de la reforma de pensiones, iniciativa emblemátic­a para Temer, crearon “otro espectácul­o, la intervenci­ón en Río de Janeiro”. La Constituci­ón prohíbe que una reforma como esa sea votada en el Congreso mientras exista un caso de intervenci­ón federal en uno o más estados, un hecho que no han pasado por alto los críticos de la medida de Temer en Río.

“Temo que sea pirotecnia, puro interés político”, dijo Lula, quien agregó que el Ejército “no está preparado para enfrentar el narcotráfi­co, sino para defender la soberanía nacional. Poner al Ejército contra el narcotráfi­co puede provocar que, tras el espectácul­o, el resultado sea negativo”.b

“La intervenci­ón en Río es una jugada maestra, pero no es electoral. No seré candidato”.

MICHEL TEMER

PRESIDENTE DE BRASIL

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 ??  ?? ► Soldados registran a un residente, en la favela Kelson, en Río, el martes.
► Soldados registran a un residente, en la favela Kelson, en Río, el martes.

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