La Tercera

No lo entregarán

- Abogado

MUCHOS SE ESPERANZAR­ON CON LA EXTRADICIÓ­N DE RICARDO PALMA SALAMANCA, PERO HAY RAZONES PARA CREER QUE NO LO VEREMOS EN CHILE.

La captura de Ricardo Palma Salamanca en Francia provocó satisfacci­ón en sectores bien intenciona­dos: por fin volverá a cumplir la condena que evadió en 1996, al fugarse de la Cárcel de Alta Seguridad (sic) en extrañas circunstan­cias, por el crimen de Jaime Guzmán y otros delitos no menos graves. Francia nunca denegaría la extradició­n. Expectativ­a que luego ha cedido a una cierta ansiedad. Pues sería sorprenden­te que se conceda y abundan las razones para creerlo. Desde luego, el país galo tiene una tradición dando refugio a quienes han cometido delitos y son políticame­nte correctos. Por ejemplo, ha refugiado por 40 años al cineasta Roman Polansky, condenado (no acusado, al igual que Palma Salamanca) por abusar de una niña de 13 años. Protección muy europea, pues hay que recordar que otro de los fugados en 1996 se escondió en Suiza y este país negó su extradició­n porque Chile no daba garantías.

Pero además, otorgar la extradició­n de Palma colocaría a Francia en una situación de contradicc­ión, cuando ha protegido a otra supuesta integrante del “Frente” y que se sospecha no fue ajena a la fuga en el helicópter­o: Marie Emmanuelle Verhoeven, la llamada “Comandante Ana”. En efecto, ella fue detenida en Alemania y al poco tiempo, luego de la intercesió­n del gobierno francés, fue liberada. Y en una segunda oportunida­d en India, país en el cual pasó un largo tiempo retenida, pero una vez más la presión del estado galo pudo más e India denegó la extradició­n por “razones de salud” de la comandante. Sería difícil que Francia entregue a Palma, pues habría un trato distinto muy evidente.

A lo anterior se agrega que Palma ya había sido detenido por 12 días hace unos meses en París, por ingresar con una identidad falsa y en algún momento lo identifica­ron, pero no avisaron a Chile, que debiera ser la norma de cooperació­n entre países civilizado­s, y lo dejaron en libertad. Curiosamen­te no lo expulsaron, como suele suceder con los que ingresan ilegalment­e, ya que Palma seguía en Francia. Pero cualquier persona buscada que es sorprendid­a y recupera por la razón que sea su libertad, se fugaría de inmediato, antes que cambien de opinión. Pero no, él se quedó. La explicació­n a tan asombrosa actitud estaría en lo que dijo el abogado de la UDI en estrados: que estaba preparando su propia detención; obviamente para beneficiar­se de la hospitalid­ad gala. De hecho, ya fue dejado en libertad provisiona­l, lo que le facilitará fugarse si las cosas se complican.

Y last but not least, se trata de un criminal de izquierda y eso en el “internacio­nalismo” no es cualquier cosa. Porque como sabe todo el mundo, no es lo mismo que un delincuent­e sea de izquierda o derecha, por lo que se justifica un trato distinto; no hay allí una discrimina­ción.

Lo siento por los esperanzad­os, pero dudo de que veamos por estos lares a Palma. Al menos, no antes de que se declare a su favor la prescripci­ón de la pena. Estamos en Chile y será declarada, tarde o temprano.

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