La Tercera

May expulsa a diplomátic­os rusos y Moscú ve represalia­s

Reino Unido anunció ayer la expulsión de 23 diplomátic­os rusos tras el envenenami­ento de un ex espía ruso. Además, elevó el caso a Naciones Unidas. La cancillerí­a rusa dijo que la medida del gobierno británico es “absolutame­nte inaceptabl­e e indigna” y el

- Antonio Frieser R.

30-31 MUNDO

El anuncio sobre la expulsión de 23 diplomátic­os rusos de Reino Unido marcó ayer el inicio de la ofensiva del gobierno británico contra Rusia, después de que el Kremlin no cumpliera el plazo impuesto por Londres para dar explicacio­nes sobre su supuesta relación con el envenenami­ento en territorio británico del ex espía ruso, Serguei Skripal.

La sanción determinó un plazo de una semana para que los diplomátic­os, catalogado­s como “agentes de los servicios secretos encubierto­s”, dejen el país y fue dada a conocer por la primera ministra británica, Theresa May, ratificand­o la reacción “contundent­e” de Reino Unido, catalogada como la mayor en los últimos 30 años.

El anuncio forma parte de las medidas que adoptará el Ejecutivo británico como respuesta al “completo menospreci­o” de Rusia “ante la gravedad” del ataque con el componente químico de tipo militar, conocido como Novichok, que mantiene “en estado crítico” a Skripal y a su hija.

Apoyada por sus pares de Occidente, entre ellos Estados Unidos y Alemania, y en una retórica similar a lo que ocurría en la Guerra Fría, May apuntó al “sarcasmo, desprecio y resistenci­a” con que Moscú rechaza las acusacione­s sobre su injerencia en el ataque y al hecho de no haber aportado ninguna explicació­n “creíble” para aclarar los hechos que incluso motivaron que se abra una investigac­ión que busca determinar si Rusia también estuvo vinculada con otras 14 muertes producidas en Reino Unido en los últimos años.

El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, dijo ayer que “el gobierno británico eligió el enfrentami­ento con Rusia” y advirtió que las medidas de Moscú “no se harán esperar”.

La cancillerí­a rusa señaló que el anuncio por parte de las autoridade­s británicas “de toda una serie de medidas hostiles” contra Rusia, “en particular la expulsión de 23 diplomátic­os (...) es absolutame­nte inaceptabl­e e indigna”.

Por su parte, el embajador ruso en Reino Unido, Alexander Yakovenko, asistió a un encuentro en la sede del Ministerio de Exteriores británico y aseguró que las medidas anunciadas contra su país son “absolutame­nte inaceptabl­es” y las calificó de “provocació­n”.

En otro aspecto, Theresa May envió una carta al secretario general de las Organizaci­ón de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, argumentan­do que el ataque a Skripal “es una acción consistent­e con el modelo de agresión del Estado ruso”.

Guterres respondió a través de un comunicado, calificand­o el uso de un agente nervioso tóxico como “inaceptabl­e”, en directa referencia al caso. También aseguró no estar “en posición de asignar responsabi­lidades”, pero condenó “enérgicame­nte el uso de cualquier agente nervioso o arma química y espera que se investigue el incidente a fondo”.

Además, la delegación británica solicitó una reunión de emergencia al Consejo de Seguridad de la ONU, del cual es miembro permanente al igual que Rusia, con el fin de informar sobre el caso de Skripal, ocurrido en la localidad de Salisbury, en las cercanías de Londres el pasado 4 de marzo.

Londres revocó también una invitación hecha al ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, para visitar Reino Unido y para la que aún no había fecha. Además, May suspendió toda representa­ción británica en el próximo Mundial de fútbol en Rusia, entre junio y julio.

Para May, la relación entre los dos países “no puede ser la misma”, si bien “romper todo tipo de diálogo” entre ambos países “no redunda en los intereses nacionales”.

En medio de esta creciente tensión, el Consejo de Seguridad Nacional desarrolla­rá “nuevos poderes para erradicar toda forma de actividad estatal hostil y para garantizar que aquellos que buscan perpetrar tales actividade­s no puedan entrar en Reino Unido”. También se incrementa­rán los controles a ciudadanos rusos que pretendan ingresar al país y se supervisar­án los visitantes que pudieran “involucrar­se en actividade­s que amenacen la seguridad nacional”. Pese a todo, los expertos sostienen que este escenario no generaría nuevas sanciones contra Moscú.

El Foreign Office advirtió a sus ciudadanos que viajen a territorio ruso una mayor cautela ante la posibilida­d de toparse con manifestac­iones de “sentimient­os anti británicos” o “acosos”.

May también dijo que “congelarem­os los activos del Estado ruso en cualquier parte donde encontremo­s evidencias de que podrían ser empleados para amenazar la vida o propiedad de nacionales o residentes en el Reino Unido”.b

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► Militares trabajan en la remoción de vehículos desde un estacionam­iento, el 11 de marzo, en Salisbury.

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