. REUNIÓN ENTRE TRUMP Y KIM JONG UN
. 8 CORREO
El conflicto entre Corea del Norte y Estados Unidos dio un giro sorpresivo al conocerse que el Presidente Donald Trump aceptó una invitación del líder norcoreano Kim Jong Un, quien además se habría comprometido a congelar sus pruebas nucleares hasta que no se concrete el encuentro. El hecho se produce luego de meses de enfrentamientos verbales entre ambos que habían generado una escalada de la tensión en la península coreana.
Por ello, si bien es positivo avanzar por el camino del diálogo para buscar una salida a la crisis, la rapidez con que se anunció la cita y la escasa información sobre sus alcances despierta evidentes dudas. La reunión será efectiva solo en la medida que se avance efectivamente hacia la desnuclearización de la península de Corea y el fin de la amenaza militar del régimen de Pyongyang. Pero aún no está claro si Kim está dispuesto a eso o aspira al reconocimiento como potencia nuclear, una demanda histórica de Corea del Norte.
El escaso margen de tiempo que hay antes de que se concrete la cita prevista para mayo exige una intensa y cuidadosa preparación de parte de la diplomacia norteamericana. Un proceso en el que es clave tener clara la posición de China y el rol que jugó en el giro mostrado por Kim Jong Un. El historial de Corea del Norte no solo obliga a enfrentar la supuesta disposición al diálogo de Pyongyang con una cuota de escepticismo, sino que, además, no da espacio a la improvisación. Un error por parte de Trump o el fracaso de la reunión podría terminar acrecentando las tensiones.