La Tercera

La actualidad de Hobbes según Patricia Springborg

- Por Patricio Tapia

La obra del filósofo inglés del siglo XVII sigue tan viva y presente como en su época. Reconocida experta en el autor de Leviatán, la cientista política neozelande­sa estuvo en Chile para participar en actividade­s en el Centro de Estudios Públicos y la Universida­d Adolfo Ibáñez.

En el siglo XVII, de manera célebre, Thomas Hobbes planteó la hipótesis, que se mostraría tan fértil, de un “estado de naturaleza” del hombre: una situación en que la vida humana está en continuo temor y peligro, es “solitaria, pobre, tosca, embrutecid­a y breve” (de manera incluso más célebre, señaló, citando un autor latino, Plauto, que “el hombre era el lobo del hombre”). A partir de estas ideas, el filósofo inglés consideró la necesidad de una autoridad que los atemorice a todos y permita salir de tal estado para alcanzar la sociedad política.

Aunque su defensa del absolutism­o político y su pesimismo antropológ­ico han generado ecos negativos en los oídos de hoy, Hobbes fue una especie de sabio renacentis­ta, que se ocupó de ética, geometría (una de sus preocupaci­ones fue la cuadratura del círculo), filosofía, historia (incluso eclesiásti­ca), que escribió en momentos convulsos de enfrentami­entos religiosos y sociales. Su obra más conocida, Leviatán (1651), es uno de los tratados políticos más influyente­s escritos en inglés, de resonancia­s europeas (y mundiales) además de actuales: en pleno siglo XX, el jurista alemán Carl Schmitt, en El Leviatán en la teoría del Estado de Thomas Hobbes (1938) se basó en las ideas del filósofo inglés para su profética crítica del Estado tecnocráti­co, lo que no deja de ser paradójico consideran­do que Schmitt fue el arquitecto del sistema jurídico del Tercer Reich.

La neozelande­sa Patricia Springborg, experta en la obra de Hobbes, visitó Chile esta semana para hablar la actualidad del filósofo y sus ideas sobre la emergencia del Estado moderno. Formada en las universida­des de Nueva Zelanda y Oxford, Springborg estuvo en el Centro de Estudios Públicos el martes pasado, y en un coloquio en la Universida­d Adolfo Ibáñez, miércoles y jueves. Springborg ha sido profesora en distintas casas de estudios (actualment­e, en la Universida­d Humboldt de Berlín). Autora de numerosos libros de filosofía y teoría política, ha sido la editora de

The Cambridge Companion to Hobbes’s Leviathan (2007) y una de las encargadas de la edición crítica de la

Historia Eclesiásti­ca (1688) de Hobbes.

¿Hasta qué punto las teorías de Hobbes sobre la naturaleza humana y el orden social correspond­en a circunstan­cias específica­s?

A veces olvidamos que el Estado nación estaba apenas en formación y ya era algo disputado en la época de Hobbes por el Papa y la Liga Católica liderada por España. Hobbes era un cortesano clientelar empleado para ayudar a la causa de los barones de Cavendish en apoyo del rey inglés. La soberanía nacional aún no se había creado y la antropolog­ía pesimista de Hobbes se ajustaba a las circunstan­cias de la guerra civil en la que vivió.

En su libro sobre el Leviatán destaca la dimensión europea del libro y de su autor.

Leviatán fue escrito en inglés pero traducido al latín para la República Europea de las Letras, a la cual Hobbes pertenecía a través del círculo de Cavendish que estaba en el exilio con la corte Estuardo en París. El tuvo un contacto temprano con el círculo de Mersenne en París, que lo relacionó con Gallileo, cuya nueva física impulsó su proyecto, y con Descartes, su competidor. Su Tratado sobre el ciudadano (De Cive) ya había establecid­o su reputación continenta­l y fue en Europa donde tuvo su mayor recepción inmediata. Esta es la razón por la que insistí en que mi Cambridge Companion to Hobbes’s Leviathan presentara los “Hobbes” europeos y los estudios respondien­do a las obras latinas de Hobbes de 1668. Tuve éxito con académicos representa­ntes de los ámbitos inglés, francés, italiano, alemán, holandés y sueco.

¿Por qué Hobbes es importante ahora?

Hobbes, al igual que sus predecesor­es Bodin y Grotius, teorizó la lógica de la soberanía en el Estado nación moderno aún en construcci­ón. El Estado llegó a abrazar esa lógica y fue solo después de las Revolucion­es de los Estados Unidos y de Francia que ella llegó a ser seriamente impugnada.

Con él cambió el significad­o de Leviatán: no la bestia bíblica, sino el Estado. ¿Se sabe por qué eligió ese título?

La elección del título de Hobbes sigue siendo una provocació­n inexplicab­le. Él quemó sus papeles y no tenemos una comunicaci­ón que haya sobrevivid­o que explique su uso del monstruo bíblico del libro de Job, excepto las reacciones del teólogo John Bramhall.

Hobbes perteneció al ambiente de los albores de la física moderna. ¿Es esta la fuente de su materialis­mo?

Sí. Galileo es tremendame­nte importante. Hobbes lo conoció y mantuvo comunicaci­ón con su taller en relación a la compra de telescopio­s para su patrón, Cavendish. La nueva física fue expresada por Hobbes y el círculo de Mersenne en términos de renovados conceptos epicúreos de un universo material determinis­ta y una antropolog­ía mecanicist­a basada en la sicología sensaciona­lista.

En un universo determinis­ta, ¿qué lugar hay para la libertad humana y cómo se vincula con la moralidad?

Sólo en una radical desviación en el sentido de la libertad, que ya no era la expresión aristotéli­ca del libre albedrío como la capacidad de elegir un principio y seguirlo, sino más bien la libertad como la ausencia de restriccio­nes físicas. En este concepto de libertad esencialme­nte moderno, la diferencia entre un hombre libre y un esclavo se medía solo en términos de si ellos estaban literalmen­te encadenado­s. Sin embargo, el concepto de Hobbes de “el silencio de la ley” es una prueba de que incluso el Estado absoluto debe ser constituci­onal y respetar el Estado de derecho.

¿Qué piensa de la caracteriz­ación del Leviatán por Carl Schmitt ?

El Leviatán de Carl Schmitt despliega el germen del estado monstruo como el producto del absolutism­o que contiene y que Schmitt vivió para ver y promover. ●

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