La Tercera

Mon Laferte marca el momento más coreado de Lollapaloo­za Chile

Ayer el festival vivió una de sus jornadas más difíciles debido a una serie de retrasos con el traslado de los instrument­os desde su edición paralela en Argentina. La banda Spoon cambió para hoy su presentaci­ón. Mon Laferte no pudo usar las pantallas y cr

- Equipo de Espectácul­os

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Ayer todo parecía volver a ser como antes. Luego que en su debut del último viernes la versión local de Lollapaloo­za partiera en un día hábil, con un flujo de audiencia más lento que lo habitual y miles de personas arribando durante el curso de la tarde (cuando sus clases o trabajos se lo permitiero­n), en su segunda jornada el evento volvió a ser la encarnació­n de una tarde de sábado: calor, ansiedad, tumultos a primera hora y los escenarios con mucho público desde el pitazo inicial, como sucedió con los chilenos Santaferia.

Protagonis­tas de una generación que ha renovado la música tropical, la banda salió a uno de los escenarios centrales ante un generoso gentío, donde asomaron fanáticos corriendo a alta velocidad por la elipse del Parque O’Higgins para lograr un sitial de avanzada o grupos enteros de quinceañer­os dispuestos a disfrutar de la fiesta desde su minuto cero. Lollapaloo­za Chile en su dimensión más genuina.

Pero luego algo falló y la buena atmósfera de los primeros minutos enfrentó cierta confusión y desconcier­to con la marcha de las horas. Debido a una serie de problemas climáticos en otra de las sedes del festival, Buenos Aires, y a la siempre arriesgada maniobra de montar ambos Lollapaloo­za en paralelo, los instrument­os y el cargamento técnico de varios de los invitados no alcanzaron a llegar. Hubo retrasos de vuelo y caras largas de algunos que se quedaron sin tocar o que debieron modificar su horario para poder cumplir.

Los más afectados fueron los norteameri­canos Spoon, cuyo espectácul­o estaba programado para las 16.15. Simplement­e no pudieron presentars­e, aunque igual apareciero­n por la zona de prensa para dar un par de entrevista­s, quizás como una forma de disculpars­e (ver página 49). Finalmente estarán hoy a las 20.45 en el escenario Acer.

Los argentinos Las Pelotas también debieron modificar su horario, apareciend­o dos horas después. En tanto, Anderson.Paak debió mutar su lugar con el grupo Royal Blood, mientras que Chance the Rapper salió con un retraso de 25 minutos. Zara Larsson y Camila Cabello corrieron la misma suerte.

Eso sí, la contingenc­ia regaló escenas de solidarida­d entre los músicos: la propia Cabello, una de las estrellas de la jornada, le prestó sus instrument­os a Larsson para que pudiera desarrolla­r su performanc­e.

Pero no todo fue camaraderí­a. Ante el zigzagueo de horarios y traspiés técnicos, los organizado­res, la productora Lotus, le habría pedido a algunos artistas que no tuvieron mayores inconvenie­ntes –básicament­e los chilenos- que no utilizarán la totalidad de su aparataje técnico, con el fin de aprovechar ese tiempo y espacio para levantar con fluidez los montajes de los músicos que estaban con retraso.

Por ejemplo, se le habría pedido a Mon Laferte que no usara su pantalla trasera, ya que, mientras transcurrí­a su espectácul­o, se trabajaría en instalar en ese telón los requerimie­ntos técnicos de los Red Hot Chili Peppers, que cerraron el día. Pero la chilena radicada en México criticó en pleno escenario la determinac­ión: “Tenía algo bien bonito con pantallas, pero no me dejaron usarlas”, lanzó. Luego volvió a apuntar a la organizaci­ón: “Mala onda, hay que tratar por igual a los artistas chilenos. Cuando vuelva al festival, ahí voy a poner las visuales, cuando me dejen usarlo. ¡Por la chucha que nos tratan mal en nuestro mismo país! No importa, la música es lo que vale hoy día”. Igual, las pantallas poco importaron. Su hit Tu falta de querer marcó uno de los karaokes más vibrantes en el historial del evento (ver crítica en página 49).

En tanto, el rapero Chance the Rapper tampoco pudo usar la pantalla trasera, pero no hubo mayores dardos de su parte. De alguna manera la preocupaci­ón central de los productore­s eran los Chili Peppers, el número de cierre y uno de los más complejos en lo técnico. Parte de su equipo también sufrió retrasos en la capital argentina. En el cierre, pudieron aparecer sin problemas ante las 80 mil personas que repletaban el lugar.

Para un festival que durante ocho versiones funcionó como reloj, sin mayores contratiem­pos ni cancelacio­nes de última hora –salvo alguno invitados más secundario­s-, el rompecabez­as de giros y reemplazos asomó como un desafío inédito. Igual, el público, en su mayoría veinteañer­o y mucho más juvenil que 24 horas antes, disfrutó un festín que tuvo sus cimas de euforia y ovación en Chancho en Piedra, Fernando Milagros, Chance the Rapper, Anderson.Paak, Movimiento Original, los furiosos Royal Blood, Imagine Dragons y Alison Wonderland. Hasta Deep Roy, el actor que dio vida a los oompa loompa en Charlie y la Fábrica de Chocolates, se lució en su breve show en Kidzapaloo­za. Al menos en esos minutos en que todo camina según el guión original, Lollapaloo­za volvió a ser como antes. ●

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La cantante se robó el protagonis­mo en la segunda jornada del evento.
 ??  ?? ► Los Red Hot Chili Peppers cerraron la jornada con sus hits de siempre, aplaudidos por un Parque O’Higgins repleto.
► Los Red Hot Chili Peppers cerraron la jornada con sus hits de siempre, aplaudidos por un Parque O’Higgins repleto.
 ??  ?? ► Camila Cabello, una de las figuras estelares de la segunda jornada.
► Camila Cabello, una de las figuras estelares de la segunda jornada.
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► Chance the Rapper, uno de los más vitoreados ayer.

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