INSTALACIÓN DEL NUEVO GOBIERNO Y PRIORIDADES
Las decisiones que se han tomado en estos primeros días de mandato dejan más claro el rumbo que se quiere seguir, con rectificaciones y a la vez consensos.
9
Tal como si se estuviera siguiendo aquella máxima de que no hay una segunda oportunidad para dejar una primera buena impresión, el nuevo gobierno se ha esforzado por desplegar esta semana una intensa agenda, que de alguna manera ha abarcado los principales ámbitos en que a la administración del Presidente Piñera le interesa instalar sus propios sellos. Esa claridad que se ha observado en estos días, sugiere la presencia de un gobierno con una consistencia más definida en cuanto al rumbo que quiere imprimir a su gestión.
La convocatoria a una serie de acuerdos nacionales que a comienzos de semana formuló el Presidente -en los ámbitos de la infancia, salud, seguridad ciudadana, La Araucanía y superación de la pobreza- constituyen un marco general bien orientado, pues de alguna manera es el reflejo de las tareas que la ciudadanía siente como más prioritarias. Pese a la generalidad que a veces puede representar el concepto de “acuerdo nacional”, en este caso también revela una voluntad de ir buscando consensos en materias de interés nacional. Es una práctica que en los años de la Nueva Mayoría se había diluido fuertemente, y sería una jugada de gran astucia política si el nuevo gobierno logra aunar voluntades en estas materias.
De todos los compromisos enunciados, es el tema de la infancia, en particular el drama que han vivido los menores a cargo del Sename, lo que debería constituir una prioridad. Sectores de la oposición han manifestado su voluntad de avanzar rápidamente en la idea legislativa de dividir el servicio, separando el área de menores vulnerables de aquella encargada de la parte penal adolescente. Un gran acuerdo nacional sobre la infancia no podría limitarse solo a estos aspectos administrativos -esenciales, en todo caso-, sino que debería comprometer cambios profundos en gestión, inyección de recursos y aislar el servicio del cuoteo político.
También ha sido una señal relevante que el gobierno -en voz del ministro del Interior- anunciara que no seguirá adelante con la nueva Constitución, proyecto que presentó la ex Presidente Michelle Bachelet en la última semana de su mandato. Es evidente que un proyecto improvisado, que careció de toda sensibilización política, incluso dentro de la propia Nueva Mayoría, es inviable. En ese sentido, es valioso que el Presidente refrendara que enviará un proyecto de reforma, que entre otros aspectos recogerá la extensión del período presidencial sin reelección, un aspecto contenido en la propuesta de Michelle Bachelet.
Otros puntos importantes que jugaron esta semana a favor del gobierno fue la rapidez para designar a un nuevo director general de Carabineros, desactivar por ahora el caso Dominga -dejando la decisión en manos del tribunal ambiental-, frenar la irregular designación del ex fiscal del caso Caval como notario -tal como pretendía el gobierno saliente-, reafirmar que en La Araucanía hay focos de terrorismo, y denunciar el lamentable estado de las cuentas fiscales.
La buena evaluación de estos primeros días da un valioso oxígeno al gobierno entrante, y despeja el temor de las “retroexcavadoras”, pero no debe hacer perder de vista que la ciudadanía ha cifrado altas expectativas, y que estos anuncios deben traducirse a corto plazo en medidas concretas de rectificación.