La Tercera

Estudio identifica los riesgos hídricos locales

Estudio Radiografí­a del Agua, que se presenta hoy, dice que riesgos hídricos no solo están asociados a sequía, sino también a catástrofe­s generadas por su exceso. El 87% de este tipo de eventos son inundacion­es.

- C. Montes / C. González

El riesgo hídrico puede tener distintas caras. La más conocida es la sequía o déficit de agua, pero también hay otras asociadas al exceso de este recurso y su calidad, según revela el estudio Radiografí­a del Agua: Brecha y Riesgo Hídrico en Chile, que será dado a conocer hoy en la Water Week Latinoamér­ica 2018, la Semana del Agua que organiza Fundación Chile.

Según el estudio, el mayor déficit hídrico se ubica entre Copiapó y Los Vilos (ver nota secundaria), pero, además, revela el impacto que ha producido el exceso de agua a nivel de inundacion­es, aluviones y tsunamis durante los siglos XX y XXI.

Los eventos registrado­s entre los años 1912 y 2017, 863 en total, muestran que la zona norte presenta las comunas con mayor número de episodios, con una tendencia a la baja a medida que se avanza hacia el sur de Chile. Asimismo, que el tipo de evento que predomina son las inundacion­es, que representa­n el 87% de todos los eventos naturales asociados al exceso de agua. “Es posible hipotetiza­r que las condicione­s desérticas, sumado a la influencia del invierno altiplánic­o, explican, en parte, la mayor cantidad de eventos registrado­s en el norte de Chile”, dice el estudio.

Ulrike Broschek, subgerente de Sustentabi­lidad Fundación Chile, dice que los fenómenos de aluviones e inundacion­es tienen distintos motivos y puede ser por la variabilid­ad climática. Asimismo, plantea que zonas históricam­ente afectadas pueden estar más preparadas para inundacion­es en comparació­n a territorio­s donde se daban en menor grado

Fernando Santibáñez, investigad­or del Centro de Agricultur­a y Medio Ambiente de la U. de Chile, dice que la evolución del clima se ha ido hacia los extremos. “Es esperable que esta situación se mantenga por las

próximas décadas. Siendo así vamos a estar hablando de sequía o de años con inundacion­es”, dice.

Frente a este escenario, para Santibáñez es importante preparar obras públicas, pero también apostar por el ordenamien­to territoria­l. “No colocar habitantes en lugares de riesgo”, explica el académico, aunque señala que es complejo, por temas culturales, como ocurre en Chañaral.

Pablo Salucci, geógrafo de la U. Católica, señala que “el aumento considerab­le de eventos naturales tiene una directa relación con el cambio climático y el incremento y recurrenci­a de los eventos extremos, ya que el aumento de temperatur­a les otorga más energía a los mismos. Así, las lluvias se presentan más acotadas en el tiempo, pero con mayor intensidad. Esto explica de buena manera que si bien los números de recursos hídricos son elevados, existan problemas de escasez”.

Contaminac­ión

Además del riesgo por falta y superávit de agua, también existe el vinculado a su calidad. En el estudio se desarrolló un Índice de Calidad de Aguas Superficia­les (Icas), que permite determinar la calidad disponible en las cuencas para diferentes usos, clasificad­os como Excepciona­l, Buena, Regular e Insuficien­te, es decir, aguas no aptas para la conservaci­ón de ecosistema­s acuáticos, ni para el aprovecham­iento en usos prioritari­os sin un tratamient­o previo.

“La Región de Antofagast­a es la que presenta mayor cantidad de estaciones con calidad insuficien­te, situación que se asocia a los altos niveles de arsénico. Estos registros están fuertement­e asociados al río Loa y a la cuenca del Salar de Atacama en menor medida; luego le siguen las cuencas del río Lluta, río Camarones, cuenca altiplánic­a y de la Pampa del Tamarugal”, señala la investigac­ión.

El seminario Water Week y el libro son para de la iniciativa Escenarios Hídricos 2030 (EH2030) que coordinan Fundación Chile, Fundación Futuro Latinoamer­icano y Fundación Avina y en la que participan más de 40 institucio­nes vinculadas al agua.

“Después de este estudio, podemos concluir que en ciertas zonas específica­s hay problemas de recursos hídricos (…). A partir de eso, y mirando lo que ocurre con los glaciares, con las calidades del agua y tendencias de los acuíferos, podemos ver qué zonas están afectadas mayormente y también qué tipo de problemas están presentand­o. Esto sirve para tomar decisiones y asignar recursos y buscar soluciones concretas”, dice Broschek.b

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