AUSPICIOSAS SEÑALES EN CARABINEROS
Las definiciones que ha entregado el nuevo general director van en la línea de facilitar una pronta salida a la crisis que afecta a la institución.
En una extensa entrevista concedida a este medio, el nuevo general director de Carabineros abordó en profundidad la crisis por la que atraviesa la institución, y las medidas que pretende adoptar a fin de superar estos graves problemas. A partir de sus palabras es posible apreciar que se trata de un oficial que no solo tiene claridad de las tareas que debe emprender, sino que parece estar en conexión con las reformas a la institución que pretende impulsar el Presidente de la República, lo que debiera facilitar los caminos de solución.
Si bien el megafraude descubierto al interior de Carabineros ha sido un golpe muy duro que resintió gravemente la confianza ciudadana, no cabe duda de que es la fallida “Operación Huracán” y sus secuelas lo que ha terminado por provocar una crisis de proporciones en Carabineros. La acusación de la Fiscalía en cuanto a que la dirección de inteligencia deliberadamente fabricó pruebas para inculpar a comuneros mapuches, daña en su esencia misma el quehacer de esta institución. Eso fue algo que su antecesor nunca acabó de asumir, y de allí que resulte valioso que el nuevo general director haya marcado una clara distancia, aseverando que ambos casos -que calificó de “gravísimos”- justificaban haber dado un paso al costado mucho antes de la llegada del nuevo gobierno. La profunda reestructuración del alto mando que decretó es consistente con la necesidad de orientarse hacia un cambio que facilite las soluciones.
Igualmente clarificador ha sido su crítica hacia las desmedidas facultades que ejerció el área de inteligencia de Carabineros bajo la anterior dirección, al asumir directamente algunas investigaciones sensibles, aparentemente de una forma en extremo hermética, lo que de alguna manera dio pie para que su quehacer se saliera de control. Uno de los aspectos más reprochados a la labor de las policías y del Ministerio Público en la violencia que afecta a la zona del llamado conflicto indígena, es la insuficiente capacidad de generar inteligencia para anticiparse a los violentistas. La forma en que se intentó subsanar el problema, sin embargo, resultó mucho más lesiva, lo que hace aleccionador recuperar efectivas capacidades de inteligencia, pero necesariamente subordinadas no solo a la propia dirección de Carabineros, sino bajo plena subordinación de la Fiscalía, para evitar que los casos naufraguen estrepitosamente en tribunales.
Ha sido precisamente en el enfoque de las soluciones para lograr la eficacia de Carabineros donde el nuevo general director ha dado un giro interesante, manifestando que el quehacer institucional debería estar focalizado en labores preventivas, mientras que la investigación debería quedar radicada en la PDI. El gobierno del Presidente Piñera ha manifestado que entre las reformas que estudia introducir está precisamente esta división de roles. El hecho de que la máxima autoridad de Carabineros coincida plenamente con en esa visión, augura que un cambio como el propuesto pueda fluir con rapidez.
Las complejidades técnicas de esta reforma no son menores -desde luego, deberá ser un proceso gradual, debido a que la PDI no cuenta con la cobertura territorial suficiente, y habría que remontarse muchas décadas para encontrar una policía uniformada puramente preventiva-, pero al tratarse de una propuesta audaz debería recibir atención preferente de todos los sectores políticos en la evaluación de sus pros y contra.