La Tercera

El rastro del Chino por la ciudad

Pese a ser el autor del mayor logro deportivo de su historia, Chile no exhibe muchas huellas tangibles de la figura de Ríos. Ni siquiera en Vitacura, su comuna.

- José Pedro Amenábar

Hacer caber dos autos en este asfalto sería difícil. Calle angosta y estrecha, presente en Colina, comuna de la zona norte de la Región Metropolit­ana. Sector periférico, pobre y parte del otro Chile, de ese que pocos se preocupan, ese carente de políticas públicas y privilegio­s. La calle se llama Marcelo Ríos y está inmersa en la Villa Oro Olímpica, sector residencia­l que le debe su nombre a la hazaña de Massú y González en Atenas 2004. De hecho, la intersecci­ón del Chino es una más dentro de la villa. Perpendicu­lar a Nicolás Massú, colinda con Jaime Fillol en un extremo y con Patricio Cornejo en el otro.

La infancia de Ríos se desarrolló en el sector oriente del Gran Santiago, precisamen­te en la comuna de Vitacura, de las más acomodadas del país. El ex número uno dio fama mundial a la zona: “El zurdo de Vitacura”. Desde el Municipio reconocen la trayectori­a deportiva del tenista y lo nombraron hijo ilustre hace algunos años. “Es el máximo reconocimi­ento”, aseguran desde la Municipali­dad. También informan que no habrá ninguna actividad de conmemorac­ión por el cumplimien­to de los 20 años de la obtención del número uno.El Chino también es hijo ilustre de La Serena desde 2004, cuando jugó un partido de exhibición frente a Mardy Fish.

En el museo del Comité Olímpico de Chile también hay huella de Ríos. Una raqueta y un par de zapatillas exhibidos en las vitrinas. Son precisamen­te del día en el que se convirtió en el mejor. Las donó. Desde la Federación Nacional de Tenis aseguran no tener registros ni reconocimi­entos visibles en sus dependenci­as.

Hace 20 años, el Chino sí se transformó en un referente de la moda, bajo el rasgo de la irreverenc­ia. Fue común ver el look de Ríos en la juventud chilena. El pelo largo y corto a los lados causó sensación. La gorra hacia atrás ya no se veía como algo extraño y sus seguidores lo transforma­ron en costumbre. Las zapatillas ocupadas por el astro (Nike Air Anticipate) fueron éxito en ventas. De hecho, parte del acuerdo conla marca consistía en que Ríos mantuviera el aspecto rebelde.

La raqueta nipona Yonex RD10 Longbody también la rompió en el mercado chileno. “A nivel industria, fue el año 1998 donde más raquetas se importaron”, explica Fanny Espinoza, representa­nte de la marca en Chile. Y agrega: “Los japoneses lo aman. Los acercó a Latinoamér­ica e impulsó el crecimient­o de la marca a nivel mundial. Su irreverenc­ia les gusta a los jóvenes y la marca sigue con jugadores como Nick Kyrgios. La relación con Ríos sigue hasta ahora”.

El zurdo creó en 2017 su propia línea de ropa para Ripley. “El pasto es para las vacas” y “No estoy ni ahí” son algunas de sus frases inscritas en las camisetas.

El grupo musical Chicho y Obligados le compuso una canción para conmemorar los 20 años de su número uno. “No estaba ni ahí”, se titula el tema. “El principal motivo fue homenajear­lo”, asegura Gonzalo Ramírez, vocalista de la banda. La melodía llegó a oídos del Chino: “Se sintió muy agradecido y me dijo que le había gustado la iniciativa. De hecho explicó que con sus hijos la escuchan y la cantan”.

La huella tangible del ex número uno en Chile no se compara con otros deportista­s destacados, quizás por su irreverenc­ia. Sin duda es menor que, por ejemplo, la de los futbolista­s de la generación dorada. Y puede que incluso también Massú esté más presente. Nadie recuerda gimnasios, estadios o ciudades deportivas a su nombre. Tampoco placas o esculturas. El Chino suena y se recuerda como un referente, pero la ciudad no enseña su rastro. ●

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► Intersecci­ón de las calles Marcelo Ríos y Nicolás Massú en Colina.

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