“Brasil está en un camino suicida”
El autor apunta a La Tercera que la “intolerancia” y el “radicalismo” son los peores remedios para el subdesarrollo.
Luiz Ruffato es uno de los escritores más aclamados en Brasil. Uno de sus últimos libros es Domingos sin Dios (2013), el texto final de una pentalogía titulada Inferno provisorio, que narra las desventuras de la clase obrera brasileña desde los años 50 hasta ahora.
¿Cómo analiza usted la orden de arresto de Luiz Inácio Lula da Silva que ha generado una enorme tensión en Brasil?
Coincide con la ruptura del Estado democrático de Brasil. La prisión, sin que todos los recursos jurídicos fueran agotados, demuestra que el país ha rasgado la Constitución y camina rápidamente hacia el fracaso del Estado de derecho. Es un camino suicida, porque las decisiones que vienen siendo tomadas ponen al país en una ruta de choque. La intolerancia y el radicalismo son los peores remedios para los países subdesarrollados con democracias muy frágiles.
¿Cuál es el impacto que el juicio de Lula tiene sobre la sociedad brasileña?
El juicio de Lula interfiere directamente en el rumbo de las elecciones presidenciales de este año. Lula tiene cerca de 37% de intención de voto y es, por lejos, el candidato más recordado por los electores, principalmente entre los más pobres. Eso lo coloca con seguridad en la segunda vuelta. Si queda inhabilitado para ser can- didato, el resultado de las elecciones se vuelve imprevisible, ya que las intenciones de voto son para Lula y no para el PT, su partido.
¿Brasil logrará superar en algún momento la polarización política?
Es una pregunta cuya respuesta es imposible conocer. La polarización política se viene acentuando en los últimos años, principalmente a raíz del crecimiento de las posiciones de la extrema derecha, fenómeno que además no es brasileño, sino mundial.
¿El proceso contra Lula derribó el mito sobre su figura?
No. Lula tiene un capital político que transciende el momento que vivimos hoy. Pese a todos los problemas en que se encuentra, el gobierno de Lula fue el que más consideró los deseos de la población más pobre.b