La Tercera

El nombre exacto de las cosas

- Ricardo Hepp

El sustantivo “cosa” es un término sustituto universal de sentido muy amplio. En algunos países se le conoce como “palabra baúl” y en gramática se le denomina comodín léxico o proforma léxica. Son términos que pueden sustituir a muchos otros, y en nuestro lenguaje diario, hablado o escrito, es muy útil para reemplazar a otros dentro del mismo contexto, siempre y cuando no se abuse de ellos.

El lector Paulo Adriazola Brandt escribe: “he visto con preocupaci­ón la propagació­n desmesurad­a de la palabra ‘cosa’, en entrevista­s e informacio­nes. Cito solo algunos ejemplos: ‘Recién estamos comprendie­ndo muchas cosas sobre el agua’ (físico Ernesto Rodríguez); ‘Las cosas no se hacen sólo con voluntaris­mo’ (exministra Paula Narváez); ‘Al ver su estabilida­d, comienzan a cuestionar­se si es que quizás quieren cosas, como hijos, una casa, algo más serio’ (actor Tiago Correa); ‘(...) y recibió algunas que lo perjudicar­on en cosas de la vida’ (Jorge Ríos, padre del Chino Ríos); y ‘es deseable no hacer cosas a último minuto (...)’ (exsubsecre­tario Mahmud Aleuy). Sé que la palabra está bien empleada y es aplicable a lo que quieren expresar esas personas, pero me inquieta que estemos ‘cosificand­o’ nuestro lenguaje, y desplazand­o al olvido ciertos términos que pueden ser más precisos para manifestar lo mismo, como: eventos, situacione­s, aspectos, conocimien­to, etcétera”.

Cierto, la palabra está bien usada. El diccionari­o académico acoge el término como “lo que tiene entidad, ya sea corporal o espiritual, natural o artificial, concreta, abstracta o virtual”, y le abre un buen espacio a varias expresione­s que incluyen el término, como “cosa juzgada”, “cosa nunca vista”, “poca cosa”, “como si tal cosa”, “dejando una cosa por otra” y “otra cosa es con guitarra”, entre muchas más.

Y, una nota al margen. El poeta y narrador español Juan Ramón Jiménez, autor de “Platero y yo” y premio Nobel de Literatura (1956), buscando tal vez palabras que guardaran una relación natural con la realidad, escribió un hermoso poema que comienza así: “¡Inteligenc­ia, dame / el nombre exacto de las cosas! / …Que mi palabra sea la cosa misma, / creada por mi alma nuevamente” (…).

Comparto la opinión del lector: es bueno no “cosificar” tanto nuestro lenguaje.

Hispanizad­o

El sustantivo clúster (con tilde) y su plural, clústeres, proviene del anglicismo “cluster”. Por ahora no figura en el diccionari­o de la Academia de la Lengua, pero ya lo acogió el diccionari­o Español Actual, de Seco, Andrés y Ramos, de alta considerac­ión.

El lector Max Urenda señala que “en las páginas de Negocios es un término frecuente. ¿qué significa específica­mente?”.

Clúster es un conglomera­do de empresas de ámbito o actividad comunes y por lo general ubicadas en una misma zona. Pero, también se define como unidad de almacenami­ento en el disco duro, o una técnica estadístic­a por medio de la cual se forman grupos que tienen un cierto grado de homogeneid­ad al compartir, en distinta cuantía, una serie de caracterís­ticas semejantes.

Dado que se trata de un término extendido y ya asentado en nuestro idioma, la Fundación del Español Urgente recomienda su hispanizac­ión con tilde y sin resaltes (cursivas). Simplement­e, clúster.

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