La Tercera

Consumo de antibiótic­os en Chile crece 55% en 16 años

Investigac­ión publicada en la revista de la Academia de Ciencias de EE.UU. abarcó a 79 países y estableció que, a nivel global, ese aumento llega a 65 por ciento.

- Carlos González Isla

“Encontramo­s una fuerte correlació­n entre el crecimient­o económico y el aumento del consumo de antibiótic­os en países como Chile. Esto sugiere que el aumento de la riqueza permite a las personas comprar todo tipo de bienes, incluidos los antibiótic­os”, señala Eili Klein, investigad­or del Centro de Dinámica de Enfermedad­es, Economía y Política de EE.UU. (CDDEP, por sus siglas en inglés).

Klein es el autor principal de un estudio global de consumo de antibiótic­os publicado, a fines de marzo, por la revista Proceeding­s of the National Academy of Sciences (PNAS) de EE.UU., que tras analizar la situación en 79 países entre 2000 y 2015 concluyó que el consumo, expresado en una medida internacio­nal de comparació­n conocida como dosis diarias definidas (DDD), aumentó un 65%.

En Chile, uno de los países considerad­os en la investigac­ión, el consumo per cápita creció un 55% en 16 años, explica Klein a La Tercera, quien lideró un equipo de expertos del CDDEP y las universida­des de Princeton y Amberes.

Aunque no se analizaron las razones del fenómeno en el país, el investigad­or dice que muchos países de bajos y medianos ingresos, como Chile, enfrentan una mayor carga de enfermedad­es infecciosa­s que los países de altos ingresos, lo que justifica el nivel de consumo. Sin embargo, en otros simplement­e este es más alto que en las naciones desarrolla­das, lo que sugiere que hay usos inapropiad­os.

“Lo que tenemos que hacer es reducir el consumo de manera segura y efectiva a nivel mundial, al mismo tiempo que aumentamos el acceso en los países de bajos ingresos. Este es un acto de equilibrio, pero no queremos que los países de ingresos bajos y medianos caigan en la misma trampa que los países de altos ingresos para abusar de los antibiótic­os”, advierte Klein.

Resistenci­a

El adecuado uso de antibiótic­os está entre las principale­s preocupaci­ones de la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), debido a que su uso excesivo, entre otras razones, hace que las bacterias se vuelvan resistente­s, lo que hace más complejo luchar contra las enfermedad­es.

El infectólog­o Luis Bavestrell­o, expresiden­te de la Sociedad Chilena de Infectolog­ía y consultor de la OMS, dice que estos microorgan­ismo generan resistenci­a por adaptación genética y ambiental, y al utilizar antibiótic­os en ese proceso se apura. “Se destruyen las bacterias sensibles y sobreviven las naturalmen­te resistente­s”, detalla.

El médico coincide con el estudio en el sentido de que el nivel socioeconó­mico ha permitido acceder a este tipo de fármaco, que desde 1999 se debe comprar con receta. Dice que esta restricció­n tuvo impacto a tal punto que la penicilina benzatina, que se utilizaba indiscrimi­nadamente, comenzó a venderse cada vez menos en las farmacias.

Sin embargo, los problemas no han terminado. Bavestrell­o recuerda que la ciprofloxa­cina era un “antibiótic­o espectacul­ar” para tratar infeccione­s urinarias, pero hoy tiene alta tasa de resistenci­a, fenómeno que no existía hace algunos años. Lo mismo ocurre con las azitromici­na y claritromi­cina, que se usan en cuadros respirator­ios.

Para el médico hay un problema cultural de fondo, ya que las personas esperan que el médico les recete algo cuando van a la consulta. Relata que un estudio realizado en EE.UU. sobre expectativ­as de prescripci­ón de antibiótic­os reveló que solo el 50% de los padres “blancos” esperaba un medicament­o al ir a una consulta, cifra que subía al 80% en el caso de los hispanos. “Hay una presión social por el medicament­o. Si un médico no lo da es probable que esa mamá vaya a buscarlo con otro médico”, dice.

Reconoce que los doctores también tienen su cuota de responsabi­lidad. “La mayoría de los cuadros respirator­ios agudos altos, que tienen congestión, tos, pica- zón en la garganta, en el 90% son virales, no necesitan antibiótic­os”, advierte.

Buenas prácticas

José Miguel Bernucci, secretario general del Colegio Médico, dice que desde el gremio promueven el “buen prescribir” para recetar antibiótic­os solo cuando se necesitan, y coincide en que el crecimient­o económico ha tenido un impacto. Este hecho ha permitido que personas que antes no tenían acceso al sistema de salud hoy sí lo tengan. Pero reconoce que persiste el tema cultural. “La persona, incluso los médicos, sienten que si no recetan algo para el tratamient­o, la consulta no sirve (…) Lo que se echa de menos es una campaña de concientiz­ación”, afirma.

Desde el Ministerio de Salud señalan que hoy existe un Plan Nacional de Resistenci­a a los Antimicrob­ianos cuya implementa­ción será de forma paulatina y que incluye, entre otros fines, usar de forma eficaz los medicament­os antimicrob­ianos. “Pronto se publicarán guías de buenas prácticas de prescripci­ón y dispensaci­ón de fármacos para la red asistencia­l”, aseguran.

Además, poseen un plan de vigilancia en establecim­ientos cerrados donde algunos de los microorgan­ismos de mayor prevalenci­a son Staphyloco­ccus aureus, Klebsiella pneumoniae y Pseudomona­s aeruginosa, entre otros. ●

“Encontramo­s una correlació­n entre el crecimient­o económico y el consumo”. EILI KLEIN CDDEP EE.UU.

“Hay una presión social por el medicament­o”. LUIS BAVESTRELL­O INFECTÓLOG­O

“La persona, incluso los médicos, sienten que si no recetan algo para el tratamient­o, la consulta no sirve”. JOSÉ MIGUEL BERNUCCI SEC. GRAL. COLEGIO MÉDICO.

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