DESIGNACIÓN Y FORMACIÓN DE JUECES
SEÑOR DIRECTOR
Uno de los aspectos más preocupantes de las opiniones del ministro de Justicia sobre los jueces es la precariedad del diagnóstico en que se fundan. Cuando se promueven reformas legales basadas en intuiciones, prejuicios o evidencia parcial se corre el riesgo de avanzar en cambios que no resuelvan los problemas que se pretende encarar. Lamentablemente, ésta ha sido la tónica en diversas reformas en el área de seguridad y justicia de los últimos años. Una cosa es sostener que el sistema de designación de jueces sea perfectible, ya que no asegura que los mejores candidatos sean electos (lo que obliga a revisar toda la cadena en que se produce el proceso, incluyendo el ingreso al Poder Judicial, la formación de jueces, la confección de ternas y el diseño del acto designación) y otra muy distinta es que el sistema actual esté politizando a la judicatura en una cierta dirección. Más allá del razonamiento intuitivo expresado por el ministro, sería interesante conocer la evidencia concreta que dispone.
Por otra parte, una cuestión es sostener que la formación que entrega la Academia Judicial podría mejorar ya que no da todas las herramientas y competencias técnicas que los jueces requieren y, otra muy distinta, es sostener que el problema es que se trata de una formación excesivamente garantista. Además de ser una etiqueta que hoy sirve de muy poco -ya que sobre simplifica la realidad-, resulta contradictoria con las propias afirmaciones del ministro algunos días atrás, cuando sostenía, en ese caso a partir de la evidencia disponible, la necesidad de hacer reformas a la prisión preventiva por su uso excesivo (comportamiento opuesto al “garantismo”).
Nuestro sistema de formación y designación de jueces sin duda debe ser mejorado. Mi llamado es que avancemos en este proceso considerando la evidencia y no haciendo primar prejuicios o intuiciones. Mauricio Duce J. Profesor Derecho UDP y Presidente Ejecutivo Espacio Público