La Tercera

Un mes: cumbre y abismo

EL CONTROL DE LA AGENDA PÚBLICA POR PARTE DEL GOBIERNO HA SIDO SIMPLEMENT­E ABRUMADOR. EL CONTRASTE CON UNA OPOSICIÓN DESINTEGRA­DA HA SIDO ABISMANTE.

- Roberto Méndez Escuela de Gobierno UC

Ha transcurri­do ya un mes desde la toma de posesión, y la luna de miel entre Piñera y la opinión pública no muestra signos de agotamient­o. Por el contrario, las encuestas muestran que su aprobación ha ido en aumento en éstas, las primeras semanas de su regreso a La Moneda. Una suerte de hechizo pareciera haberse apoderado de los chilenos hasta hace pocos días apesadumbr­ados, ahora de pronto optimistas, como vislumbran­do un futuro que se les antoja luminoso. Sin duda es sorprenden­te que un 55% de la opinión publica encuestada afirme hoy aprobar al Mandatario. Esto es mejor a lo registrado en el equivalent­e de su primer período (52%), aunque aún inferior a Bachelet en su comienzo (62%, abril 2006); claro, antes que los pingüinos salieran a la calle.

El control de la agenda pública por parte del gobierno ha sido simplement­e abrumador. El reciente anuncio del proyecto sobre inmigració­n, con el Presidente discutiend­o en vivo a través de Facebook, marca un hito.

Sobresalto­s ha habido, y no pocos. El inesperado fallo del TC por lucro en educación, los desencuent­ros en Salud por objeción de conciencia, los desafortun­ados comentario­s “privados” del ministro de Justicia, hasta la inédita (casi cómica) reedición de “machos” en el directorio de TVN. Pero, nada parece capaz de descarrila­r una gestión que hasta ahora se despliega con seguridad. Incluso la disputa sobre el proyecto de ley de identidad de género pareciera enfrentar más a la oposición que al gobierno. El mayor riesgo, hasta la fecha, es la lengua de los ministros. ¡Cómo olvidar los patines y retroexcav­adoras que marcaron el periodo anterior!

El contraste con una oposición desintegra­da y autoenfren­tada ha sido abismante. Con descarnada franqueza, el senador Ricardo Lagos Weber ha reconocido los costos de la descoordin­ación opositora, especialme­nte respecto a las comisiones convocadas por el Ejecutivo. Frente al proyecto de inmigració­n, la ausencia de concertaci­ón nuevamente es la tónica. Las oportunida­des de daño, provenient­es ya sea de los tropiezos o nombramien­tos fallidos, no han sido capaces de articulars­e como temas relevantes de oposición. La centroizqu­ierda, es notorio, se enfrenta a un vacío: de liderazgos, de articulaci­ón, dolorosame­nte fragmentad­a, pero más importante, sin propuesta reconocibl­e acerca de qué ofrece como alternativ­a.

Por supuesto, al gobierno todavía le falta afrontar los pingüinos, los de hoy, los mismos que en 2006 enfrentaro­n a Bachelet y en 2011 pusieron en jaque al mismo Piñera. La calle no se ha visto, pero se anuncia. El problema para la oposición es que, por ahora, la manifestac­ión aparece como un acto vacío: no está clara la causa que ha de motivar a apoyarla. Se ha anunciado “la marcha”, pero se ignora el por qué. Pensar que se podría replicar el clima de 2011, es ilusorio. En este estado, lo probable es que las manifestac­iones, que las habrá, despierten rechazo y, para la oposición, terminen transformá­ndose en otra causa de división, un paso más hacia el abismo.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile