“Varela ha mostrado más sentido del humor que disposición a explicar sus ideas”
En Educación, la agenda ha estado marcada por la decisión del TC en torno al artículo 63 de la Ley de Educación Superior. ¿Qué le pareció el actuar del gobierno en esta materia? ¿Tenía margen para fijar una postura que no fuera tomar palco?
No, sería absurdo pedirle al gobierno que corrigiera o impidiera una decisión del Tribunal Constitucional. Si el gobierno pudiera hacerlo el Tribunal Constitucional dejaría de ser un Tribunal Constitucional. Y después de todo, no vale la pena engañarse: la decisión del Tribunal Constitucional, a mi juicio errada, era, con toda certeza, la que el gobierno anhelaba.
El fallo reabrió el debate en torno al rol del Tribunal Constitucional. ¿Se puede pensar en un TC distinto o derechamente en eliminar su existencia?
Mi opinión es que la existencia del control constitucional es razonable en una democracia; aunque de ahí no se sigue que él deba tener la fisonomía que hoy tiene el Tribunal Constitucional. El tribunal ha cometido en algunos de sus fallos un error severo. En vez de ser un “legislador negativo”, es decir un órgano que dice lo que no puede ser ley, en muchas ocasiones —como en el caso del Sernac o el reciente sobre el artículo 63— acaba en los hechos diciendo cómo deben configurarse las instituciones. Veo también en los miembros del Tribunal Constitucional una concepción algo exagerada de su propio papel. Las declaraciones del presidente Aróstica relativas al Poder Legislativo lo prueban.
¿Qué expectativas tenía con Gerardo Varela? ¿Qué impresión le ha dejado su debut?
Por supuesto no tenía expectativa alguna. En política las expectativas se tienen de los gobiernos, no de las personas. ¿Impresión de su primer mes? Misterio. Hasta ahora ha mostrado más sentido del humor que disposición a explicar sus ideas acerca del sistema educativo. Pero ya tendrá tiempo de hacerlo. ●