PROPUESTA PARA ELEVAR ESTÁNDAR TÉCNICO DE LA LABOR LEGISLATIVA
Es clave que la iniciativa del Presidente del Senado se formule con pleno respeto al marco de acción dado por las leyes a los otros órganos del Estado en la materia.
Diversas han sido las voces que, de un tiempo a esta parte, se han levantado desde esferas políticas, académicas, desde los centros de estudio y también desde los gremios empresariales, promoviendo que se eleve el estándar de elaboración y evaluación de las políticas públicas. Dentro de ese contexto, y a lo largo del tiempo, se han propuesto una serie de mejoras y perfeccionamientos al trabajo legislativo que realiza el Congreso Nacional. En efecto, el propio Parlamento, a través de sus respectivas Cámaras, consejos ad-hoc y comités, ha impulsado en los últimos años cambios en aras de mejorar la transparencia del proceso legislativo, de promover mecanismos eficientes de participación ciudadana, de perfeccionar la técnica legislativa y la calidad de las leyes. A su turno, el programa de gobierno del Presidente Sebastián Piñera, en el marco de la agenda de modernización del Estado, también contempla valiosas propuestas respecto del Congreso y cómo reforzar el debate y análisis de los proyectos de ley.
Sabido es que el gran peso del trabajo legislativo, consistente en el análisis de las iniciativas de ley y su votación en particular, se lleva a cabo en las comisiones permanentes de la Cámara de Diputados y del Senado. Los parlamentarios están sometidos a un trabajo legislativo diverso, al integrar distintas comisiones temáticas y conocer decenas de proyectos de ley a lo largo del año. A ello se suma el desbalance que en términos de asesoría experta y de asimetría de información experimenta el Poder Legislativo frente al Poder Ejecutivo, lo que no se condice con el necesario e irremplazable rol legislativo que le cabe al Congreso Nacional. Si bien el presupuesto de esa institución contempla una partida destinada a asesorías parlamentarias, reforzar la asistencia técnica y neutral, como ocurre en otras jurisdicciones como Estados Unidos y Canadá, aparece como valioso a la luz de las falencias observadas en los últimos años. Lo mismo que perfeccionar el gobierno corporativo de la Biblioteca del Congreso para producir estudios imparciales y de alto nivel, y mejorar las asesorías de confianza de los parlamentarios.
En este sentido, ha trascendido que el Presidente del Senado se encuentra trabajando, junto con algunos comités de parlamentarios, en un documento que contendría propuestas que buscarían precisamente reforzar el análisis técnico de los proyectos de ley y las instancias de revisión de los mismos al interior del Congreso, aunque aún se desconocen sus alcances. Es importante que esta iniciativa se formule en pleno respeto al marco de acción dado por las leyes y la Constitución a éste y otros órganos del Estado, como el Tribunal Constitucional y no por cálculos políticos. En nada ayudaría a elevar el nivel técnico y la confianza de la ciudadanía en la labor legislativa, si se termina creando una instancia paralela al actual ordenamiento institucional, con el único fin de validar el producto de la labor legislativa para desacreditar así la función del TC, cuyo objetivo es velar por la constitucionalidad de las leyes. Por ello, si el objetivo es mejorar la calidad de la labor legislativa, toda propuesta debe partir por revisar el uso que actualmente se le da a los recursos destinados a asesorías parlamentarios y estar guiada por consideraciones técnicas y no políticas.