La Tercera

#Paredes200: un goleador bicentenar­io para Colo Colo

El delantero fue la gran figura del triunfo de Colo Colo sobre Temuco en Macul. Con su conquista ante los sureños, el ariete llegó a 200 por torneos nacionales.

- Cristián Caamaño

46-48

Qué se puede escribir a esta altura de Esteban Paredes. Únicamente sentarse a esperar que rompa de una vez el récord de Chamaco Valdés. Poco importa que a esta altura de su carrera, con el carnet haciéndole sentir el rigor de los años, sus aparicione­s en el partido sean a cuentagota­s si al final siempre termina desnivelan­do. Ante Temuco, en un partido flojo, jugado a la velocidad de un velero contra el viento, el Tanque fue la diferencia precisa para desnivelar la balan- za con un gol para su larga e interminab­le colección de festejos y una participac­ión directa en el autogol de Gamonal.

Aquellas acciones de Paredes, ambas sobre el final de cada tiempo, el primero tras un rápido contragolp­e iniciado por un saque de Orión y otro con directa colaboraci­ón de Gamonal, rompieron la monotonía de un partido entre un equipo que todavía padece el luto por la salida de Pablo Guede del banquillo y otro que no se podía las piernas tras el extenuante viaje desde Venezuela, tras jugar por la Copa Sudamerica­na. Tan insoslayab­le es este dato, que Giovagnoli debió alinear a muchos de los habituales suplentes porque simplement­e los que jugaron ante Estudiante­s de Mérida no se podían las piernas, tras arribar a Santiago en la madrugada del viernes.

Entonces, en este escenario poco propicio, sólo alguna genialidad iba a romper el cristal de la letanía. Y está claro que en el actual estado de gracia, Paredes está llamado a ser el salvador de Colo Colo. Lo fue en el clásico de la semana pasada ante la U y ahora le regaló tres puntos al Cacique con un sombrerito preciso y precioso ante la salida de un desparrama­do Gamonal, que entre salir a achicar y quedarse debajo del travesaño, quedó a mitad de camino, simplement­e para ser un espectador de lujo del gol 200 del ariete en Primera División.

Era la aparición inicial en ataque de Paredes en el atardecer de Macul. Recién volvería a poner en aprietos a Gamonal a cinco minutos del final con un remate bajo, que esta vez sí el arquero logró desviar al tiro de esquina. Claro, el equipo albo no se generó demasiadas chances para convertir. El tándem Valdivia-Pinares nunca logró encontrars­e en la mitad de cancha y siempre quedaron a merced de una acción individual para romper la muralla defensiva de Temuco. El Mago, incluso, pecó en algunos pasajes de poco egoísta al preferir habilitar a un compañero en el área antes de definir por su cuenta en inmejorabl­e posición de remate.

Entonces, con una diferencia tan exigua en el marcador, el cuadro sureño se olvidó por algunos minutos del cansancio a cuesta y se fue en contra del arco de Orión para buscar la igualdad. Y en un par de aparicione­s, sobre todo a través de la pegada de Miguel Aceval, estuvo cerca de convertir. De hecho, un tiro libre del zurdo pasó muy cerca del palo, cuando el portero transandin­o estaba estacado al piso.

Pero aquella reacción tardía de los sureños no bastó para equilibrar el marcador. Ni menos para opacar otra gran noche de Paredes, que empecina- do en alcanzar el récord de Chamaco gritó como propio la segunda conquista más allá del claro autogol de Gamonal, consignado por el propio árbitro, aunque a esta altura poco importa. Porque más allá de si logra superar al histórico volante, lo cierto es que cada gol del Tanque a esta altura vale aplaudirlo. Como el del domingo pasado. O el primero de la victoria ante Temuco en el Monumental. El delantero, en este minuto, es patrimonio del fútbol chileno. Y eso se lo ganó en la cancha. ●

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► El ariete define con un sombrerito ante Gamonal para abrir la cuenta.
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