La Tercera

PRIORIDADE­S

- Por Rodrigo Goldberg

El gran problema que tienen los proyectos unipersona­les es que carecen de escenarios alternativ­os. Se juega el todo por el todo como en una mano de poker sin un respaldo. Una sola carta te puede quebrar o llevar a la gloria.

Bien o mal, Mosa decidió encabezar un proyecto de este tipo. Su mano derecha, Pablo Guede, hizo y deshizo a voluntad. Desde las inferiores hasta el primer equipo, confiando en la mayoría que tenía en la mesa de Blanco y Negro.

En el camino tuvo más triunfos que derrotas (lo dicen los números), pero precisamen­te estas últimas le hicieron ganarse algunos enemigos dentro del mismo club. Enemigos nuevos y otros de vieja data que se tomaron su tiempo para orquestar su salida.

La llegada de Gabriel Ruiz Tagle (que inútilment­e trata de desmarcars­e de unos de los episodios más tristes de la historia de Chile con su evidente participac­ión en la colusión del papel) obedece a varios motivos. La primera, un ordenamien­to financiero que los lleve a parar los números rojos que han arrojados los últimos años fiscales. Segundo, un plan de largo plazo que permita rela construir deportivam­ente el club desde las divisiones inferiores. Tercero, conducir a Colo Colo con un presidente menos protagonis­ta, y por ende, menos controvers­ial.

Dentro de todas las prioridade­s hay una que debería estar en el numero 1 con mayúsculas y resaltado a color. La imperiosa necesidad de tener un gerente técnico ( o gerente deportivo si usted lo prefiere) que tenga conocimien­to en la materia

Colo Colo necesita elaborar su política deportiva de largo plazo al mando de un nombre que responda al directorio.

¿Por qué es tan necesario? Porque esa persona es responsabl­e del futuro deportivo de la institució­n. Mucho más que el director técnico. En los últimos años vimos como Pablo Guede le rendía cuentas única y exclusivam­ente a Anibal Mosa, que por muy hincha que sea, carece de los conocimien­tos técnicos que se precisan para tomar decisiones deportivas.

Primero el gerente, luego el entrenador. No es tan difícil de entender. Ya le paso al mismo Oscar Meneses, que llegó después de Guede y terminó siendo la piedra de tope. ¿A quién echaron? Haga memoria.

¿Quieren otros casos? Ronald Fuentes y Guillermo Hoyos, Fernando Díaz y Martín Palermo. En todos estos los gerentes llegaron después de los técnicos. Los problemas han estado a la vista y escrutinio del público. El argumento es simple ¿Por qué un entrenador debiera responder a quien no lo contrató? Me contrató el presidente, por tanto, le respondo a él, argumentan los que visten de buzo.

Colo Colo no puede equivocar el camino. Si es Tapia, Vera o Espina no es relevante hoy en día. Sí lo es saber quien va a delinear, redactar y poner en marcha el futuro deportivo del club. Eso sí. Los bueyes delante de la carreta. No al revés.

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