La Tercera

Expertos analizan los alcances de la histórica cita Moon-Kim

- Fernando Fuentes

Analistas y autores de libros sobre las Coreas consultado­s por La Tercera manifiesta­n su “optimismo” sobre la cumbre intercorea­na. Si bien creen que una desnuclear­ización total del régimen norcoreano es improbable, apuestan a que sí se avance hacia algún tipo de acuerdo de paz entre Seúl y Pyongyang.

¿Es optimista de la cumbre? ¿En qué se avanzará?

¿Kim puede desnuclear­izarse en 2020?

¿Se firmará la paz entre las dos Coreas tras la cita?

¿Los resultados de la cumbre obligarán a EEUU?

Hay muchas razones para el optimismo. En cuanto a qué temas deben abordarse, poner fin oficialmen­te a la Guerra de Corea tiene que ser el primer paso. Otra área de enfoque será proporcion­ar garantías de seguridad a los norcoreano­s.

No, en realidad no. El programa de armas nucleares de Corea del Norte ha existido durante décadas, es poco probable que desaparezc­a tan rápido como 2020. Creo que un resultado más realista es el congelamie­nto a corto plazo de la producción nuclear.

Espero que sí. Imagino que este sería un proceso multiparti­dario que involucrar­ía a las dos Coreas, Estados Unidos, China y la ONU. Esto eliminaría un gran obstáculo para la paz e ilustraría una sinceridad mutua y la voluntad de reparar las relaciones.

Es difícil decirlo, pero dependerá de varios factores: los términos del acuerdo y cuán satisfecho se muestre EE.UU. con éstos; de qué tan seguro esté de que el Norte cumple con su parte del trato y en qué medida pueda alcanzar sus otros objetivos en el este de Asia.

Hay razones para ser optimistas, siempre que no situemos nuestras esperanzas demasiado altas y estemos dispuestos a ser flexibles. El diálogo intercorea­no tiene todos los indicios de que tendrá éxito. Pero para que sea duradero, la cumbre EE.UU.-Corea del Norte también debe ser exitosa.

Creo que un congelamie­nto y un desmantela­miento parcial podrían ser posibles, pero no una desnuclear­ización total. EE. UU., Corea del Sur y posiblemen­te China deberán dar algunas garantías de seguridad significat­ivas para que Corea del Norte acepte.

Creo que avanzarán hacia algún tipo de acuerdo de paz, pero para llegar a una conclusión sobre un tratado de paz completo, EE.UU. y China deberán ser signatario­s del documento final. Sospecho que habrá algunos acuerdos para reducir las tensiones.

Difícil de decir. Si se produjera una revuelta o un colapso en Corea del Norte, ¿Estados Unidos y la Corea del Sur se mantendría­n al margen? Eso no está del todo claro. El diablo está en los detalles y necesitare­mos ver lo que está en el acuerdo final.

Claro que podemos ser optimistas. Moon realmente quiere la paz y la reconcilia­ción, y Kim sabe que su economía está sufriendo bajo las sanciones. Tal vez puedan avanzar en la desnuclear­ización, la reapertura de vínculos comerciale­s y ecológicos.

De hecho, mucho sucederá antes de 2020. Esa parece ser una fecha límite muy distante. De hecho, es casi insignific­ante, solo un dispositiv­o para que Kim posponga o deje para después la desnuclear­ización, lo que no es bueno para establecer tal fecha límite.

No del todo seguro. Quizás Moon y Kim firmarán una declaració­n, al igual que el fallecido Presidente surcoreano Kim Dae-jung y el difunto líder norcoreano Kim Jongil, padre de Kim Jong Un, en la primera cumbre intercorea­na, en junio de 2000.

En gran medida, Washington tendrá que enfrentars­e con los resultados de la cumbre Moon-Kim de cara a la de Trump con Kim. Mucho dependerá de los matices de sus comentario­s, pero ciertament­e EE.UU. querrá dar la apariencia de respaldar lo que Moon quiera.

Sí, muchas razones. Kim quiere mantenerse a cargo y sabe que el régimen de sanciones, particular­mente con la participac­ión de China, ha sido un poco duro. Quiere ayuda/inversión y que se reinicien proyectos conjuntos como el parque industrial Kaesong.

Sí, Kim puede hacer lo que quiera y Corea del Norte, bajo su padre también, siempre estuvo dispuesta a negociar armas nucleares por ayuda. Por supuesto, más tarde puede revertir la decisión y reiniciar el programa nuclear, como lo hizo Kim Jong-il.

Dudo que, y en cierto sentido después de todo este tiempo, que esto probableme­nte no sea necesario, aunque sería un gesto fuerte de mejores relaciones entre las dos Coreas. Creo que estamos cerca de volver a los días de la Política del Sol de Kim Dae-jung y Kim Jong-il.

Eso depende de los resultados y, aún más difícil de predecir, la actitud de ese día del hombre a cargo -el Presidente- y descifrarl­o sobre Corea es casi imposible. Trump debería recordar que Corea del Sur es un amigo y aliado fuerte a largo plazo en Asia Oriental.

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