El drama de los desaparecidos en México golpea a los más jóvenes
El brutal asesinato de tres estudiantes de cine destapó una cruda realidad. En México hay 16.594 menores de 29 años que están desaparecidos.
La tragedia de los tres estudiantes de cine que murieron a manos del crimen organizado en Jalisco pone a México de nuevo ante una de sus peores pesadillas. Los jóvenes aspirantes a cineastas fueron secuestrados, torturados, asesinados y disueltos en ácido mientras grababan una tarea escolar. El crimen contra los alumnos de la Universidad de Medios Audiovisuales CAAV, todos menores de 25 años, ha puesto en evidencia la ola de violencia e inseguridad que azota al país y que, en muchos casos, le ha costado la vida a los más jóvenes.
En México hay 16.594 menores de 29 años que están reportados como desaparecidos o extraviados, según el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED). Esto quiere decir una de cada dos personas “no localizadas” en México son jóvenes. En total, el país no sabe dónde están 34.268 personas, de acuerdo con el último corte de datos oficiales de enero de este año.
Jalisco es uno de los estados que más atraen universitarios
de otras partes de México. Es la quinta entidad con más centros de estudio a nivel superior, tiene 210 universidades, según la Secretaría de Educación Pública. Jalisco ocupa, además, el tercer sitio por número de universitarios matriculados en el ciclo escolar 2016-2017 con casi 220.000 alumnos, solo detrás del Estado de México y la capital. Salomón Aceves Gastélum, Marco García Ávalos y Daniel Díaz -los tres estudiantes abatidos por sicarios del narco- llegaron a Guadalajara, la capital estatal, para perseguir una carrera en el cine.
Jalisco, que se ha afianzado como una de las mejores opciones para estudiar en el país, es también el tercer lugar nacional con más denuncias de desapariciones: 3.060. A partir de la extradición a Estados Unidos del líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán, en enero del año pasado, se agudizó la disputa entre grupos por nuevas plazas y nuevos mercados.
El Cartel Jalisco Nueva Generación, un antiguo aliado de Sinaloa y al que pertenecían los dos detenidos que hay por el caso, ha entrado de lleno a la disputa en Jalisco. “Y para ganar las plazas hay que ser el más violento”, comenta Martín Barrón, del Instituto Nacional de Ciencias Penales.
“Lo que estamos viendo es una terrible descomposición del país y quienes están muriendo son los más jóvenes”, advierte Barrón. El investigador señala que existe una “enorme vulnerabilidad” ante la violencia entre los menores de 30 años por la falta de oportunidades, de programas de gobierno para atender sus necesidades y de políticas públicas. Apenas dos días después de que se dieron a conocer los avances de la investigación en Jalisco, un grupo armado abrió fuego contra un instituto de Bachillerato en Tamaulipas y cinco estudiantes resultaron heridos.
“Los jóvenes tienen ya un doble papel frente a esta crisis de la violencia: son víctimas y son victimarios”, apunta el investigador. En este último caso, Aceves tenía 25 años y Ávalos y Díaz, 20. Omar “N” (se omite el apellido porque las indagatorias están en curso), uno de los dos detenidos, tiene también 20 años y ha saltado a los titulares de la prensa mexicana porque confesó que él había disuelto los cuerpos de las víctimas en ácido y porque se reveló que alternaba sus actividades criminales con el rap.
Mónica Meltis, directora de la organización Data Cívica, detalla que el perfil prototípico de los desaparecidos en México son hombres jóvenes entre 19 y 25 años. Si, además, viven en Chihuahua y tienen baja escolaridad son estadísticamente el grupo más vulnerable. “Cada vez es más frecuente que los jóvenes desaparezcan en grupo, no son desapariciones aisladas y esto nos habla de cómo, en algunos casos, los hombres jóvenes se han convertido en un blanco para trabajos forzados en el crimen organizado”, apunta Meltis.
“¿Por qué desaparecen a los jóvenes? Creo que no es una pregunta que todavía podamos responder”, reconoce Meltis.b