La Tercera

Nueva línea estratégic­a de Kim

- Por Robert Carlin

Adiferenci­a de Godot, el pivote norcoreano finalmente ha llegado. Un poco más de cinco años después de anunciar su política de byungjin en marzo de 2013, Kim Jong Un ha declarado la victoria en el frente nuclear, un paso que le permite justificar un cambio decisivo desde un enfoque en el tema nuclear a la concentrac­ión en la economía. Para despejar el camino para tal cambio de enfoque, Kim ha declarado una “nueva línea estratégic­a”.

Esta nueva línea no es una farsa, ni de todas las apariencia­s es humo en nuestros ojos. El escenario (un pleno del Partido de los Trabajador­es), la presentaci­ón y el contenido del discurso de Kim sugieren que la “victoria” del byungjin probableme­nte lleve a cambios significat­ivos en la política interna de Corea del Norte, en algunos casos aflojando las riendas, en otros casos ajustándol­as. Kim sabe que su padre comenzó un camino similar en 2002, pero se vio desviado por una combinació­n de obstáculos externos, un rechazo por parte de los conservado­res y un compromiso tambaleant­e para ver el proceso completame­nte.

En lugar de tomar medidas a medias al principio, Kim Jong Un aparenteme­nte ha decidido que él estará en todo, que el partido y la burocracia no podrán jugar con la nueva línea. A través de un enfoque de 360 grados externamen­te, él parece tratar de garantizar que los problemas en cualquier frente no puedan arrastrar a toda la empresa, mientras que el progreso en un trimestre ayudará a impulsar el movimiento en los demás. Esto es una apuesta, pero es una que Kim parece estar dispuesto a tomar.

La pregunta central de Washington es: ¿conducirá esto a la desnuclear­ización de Corea del Norte? Desde dentro del Norte, sin embargo, tenemos que imaginar que la pregunta es diferente: pondrá a la economía en camino para la mejora a largo plazo y colocará a Corea del Norte en el mapa del Noreste de Asia como un país “normal” capaz de compartir la Península con su vecino más rico del Sur, mientras se defiende de las presiones no deseadas de los vecinos más grandes hacia el Norte.

Kim ha cedido terreno y no ha pedido nada a cambio. Eso, obviamente, no durará, pero por ahora, tenemos que reconocer que este no es el estilo de negociació­n norcoreano normal. En lugar de solo un cambio de táctica, puede ser el resultado de decisiones fundamenta­les -por ejemplo, la nueva línea estratégic­a- que auguran más cambios a medida que se desarrolla el proceso.

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