AUMENTO DE PENAS
SEÑOR DIRECTOR
Continuamente escuchamos de políticos, exfiscales y opinantes varios, que es urgente aumentar las penas a diversos delitos. Ahora, por el horrible crimen de una niña, los ciudadanos piden reestablecer la pena de muerte. Con más de 16 años de experiencia como litigante, no creo que sea la solución para prevenir ilícitos. Los estudios demuestran que aumentar las penas no baja la criminalidad. Así ha ocurrido con distintas agendas cortas antidelincuencia que han modificado nuestros códigos Penal y Procesal Penal. Ejemplo claro son los delitos de violencia intrafamiliar, cuyo endurecimiento de penas no ha logrado erradicar los problemas que los provocan. En su cuenta pública, la Fiscalía Nacional informó que solo en el último año los robos violentos subieron 2,7% y los delitos de drogas 1,1%.
El camino es tener herramientas para prevenir el delito. En los delitos funcionarios, lo que realmente disuade es tener herramientas de efectivo control administrativo. En delitos comunes lo que sirve son mayores oportunidades educacionales, laborales y de reinserción social. Santificar proyectos de aumento de penas implicaría convertirnos en un Estado persecutor, cuyo costoso efecto será tener más presos, pero no disminuir el delito. Y nótese: esto no es impunidad, es prevención.
La gente debe tener claro que el Derecho Penal opera cuando el ilícito ya se cometió y lo que la ciudadanía desea es evitar que el daño se produzca. El castigo no retrocede el tiempo y creer que condenas ejemplificadoras evitan los delitos es un error porque, inexorablemente, el Derecho Penal siempre llega tarde. Carlos Mora Jano Defensor Regional Metropolitano Norte