. POLÉMICO VIAJE DEL MINISTRO DE HACIENDA
La controversia que ha rodeado al ministro de Hacienda, a raíz de los cuestionamientos de que ha sido objeto por un viaje que realizó a la Universidad de Harvard para exponer en un seminario, pone una vez más de relieve que la sociedad ha puesto nuevos estándares a las autoridades, de los que resulta difícil desentenderse.
Parlamentarios del Partido Socialista han impugnado este viaje ante la Contraloría, cuyo pronunciamiento debería ayudar a delimitar mejor la frontera entre las actividades públicas y privadas. Pero al margen de lo que se resuelva desde un punto de vista administrativo, las autoridades deben poner especial celo para que sus actuaciones no den pie a reproches y sintonicen con las demandas de buen uso de los recursos públicos que hoy exige la ciudadanía.
En tal sentido, llama a confusión que los pasajes y viáticos aparezcan con cargo al Ministerio, pues más allá de que la repartición ha indicado que buena parte de los fondos serán reembolsados por la propia universidad, no se reparó en que con ello el distingo entre lo público y aquello de naturaleza privada aparece poco prolijo. Tampoco ayuda que dicho viaje justo coincidiera con el instructivo de austeridad fiscal que dio a conocer por el propio Ministerio de Hacienda.
Estos episodios ayudan a visualizar mejor que el umbral que hoy exige la ciudadanía a sus autoridades respecto de cómo se usan los fondos públicos es mucho más estricto, y quien decide voluntariamente entrar a esta actividad pública, debe aceptar estas reglas.