Muerte asistida, adiós a los 104 años con música de Beethoven
El científico australiano David Goodall, de 104 años, decidió poner fin a su vida ayer a través del suicidio asistido en una clínica de Basilea, Suiza, mientras escuchaba a Ludwing van Beethoven, acompañado por sus nietos.
Goodall recibió la inyección letal en una vena por propia voluntad, mientras se encontraba con él Philip Nitschke, un médico de la organización sin fines de lucro Exit International, que practica el suicidio asistido, no punible en Suiza. Acompañado también por sus nietos, el respetado botánico y ecologista murió a las 12.30 escuchando la Novena Sinfonía de Beethoven, el himno europeo, considerado un canto a la libertad y compuesto por un genio que también contempló suicidarse.
El galardonado biólogo y científico ecologista tuvo durante sus 104 años tres esposas, cuatro hijos y 12 nietos. Según el propio Goodall no se esperaba nada más de su vida, excepto una vejez cada vez más debilitante y humillante. Y es por eso que decidió recurrir al suicidio asistido.
“Mi vida la pasé en el campo”, es decir todos los días en el trabajo, “pero ahora no puedo hacerlo más”, le dijo a la cadena CNN en una última entrevista.
Goodall, que nació en Londres en 1914, en vísperas de la Primera Guerra Mundial, no tenía problemas de salud importantes. Estaba un poco maltrecho debido a la edad. Tenía problemas con la vista, lucía cada vez más débil, especialmente sus piernas, que lo obligaban a moverse con la ayuda de una silla de ruedas todo el tiempo.
“A mi edad, me levanto en la mañana, hago el desa- yuno y luego me siento a esperar el almuerzo. Y luego me vuelvo a sentar, y basta, ¿qué sentido tiene?”, se había preguntado, cuando habló con los periodistas que se acercaron a la clínica en Suiza para entrevistarlo sobre su decisión.
Así los numerosos cronistas se sorprendieron, pese a que en los últimos años estuvo activamente en campaña a favor de la eutanasia, prohibida en su país, Australia, como en gran parte del mundo.b