La Tercera

Greenpeace investigar­á denuncias de acoso laboral en Chile

La medida es parte de una indagatori­a que involucra a tres países de la región donde opera la ONG y en que se hicieron públicos diversos casos de acoso a través de una carta.

- Carlos González Isla

“Tormenta subtropica­l frente a costas de Chile asombra a meteorólog­os del mundo”, así titulaba ayer Greenpeace Chile un comunicado sobre el inusual fenómeno que podría ser provocado por el cambio climático. Sin embargo, por estos días la ONG vive su propia tormenta a raíz de las esquirlas de un escándalo que comenzó en Argentina, tras la denuncia de 42 exfunciona­rios y exvoluntar­ios que a través de una carta acusaron al argentino Martín Prieto, director ejecutivo de las oficinas de Argentina, Chile y Colombia, de distintas faltas (19 en total), que van desde acoso laboral, hasta acoso sexual.

Hoy Prieto se marginó de la ONG mientras se aclaran los reclamos.

Todo explotó el pasado Día de la Mujer, cuando Argentina Greenpeace cambió su nombre a Purplepeac­e, para apoyar las banderas de la justicia de género, pero la acción le reventó en las manos a la organizaci­ón. En las redes sociales, extrabajad­ores y voluntario­s comenzaron a recordar las malas prácticas que aseguran vivieron, agrupando los reclamos en una carta, firmada por 42 personas, donde denuncian 19 tipos de abusos: acoso sexual, laboral, hostigamie­ntos, circulació­n de fotos íntimas de voluntaria­s, entre otras acusacione­s, que involucran a Prieto en forma directa o indirecta (por proteger a funcionari­os que incurriero­n en ellas).

La carta fue firmada por tres exfunciona­rios de la oficina en Chile, aunque los tres son de orden laboral. El documento lo suscriben Elizabeth Soto, exconsejer­a política de campañas; Ingrid Lagos, excoordina­dora de administra­ción; y Samuel Leiva, excoordina­dor nacional de campañas. Todos estos casos serán vistos por la investigac­ión independie­nte que Greenpeace Argentina encargó a una consultora,

“La decisión, tanto de las oficinas centrales junto con nuestro consejo de administra­ción andino, es abrir una investigac­ión llevada adelante por un equipo externo para determinar los hechos, que son básicament­e del orden laboral, pero obviamente indeseados, para así poder determinar la veracidad de los hechos (…) Todas las personas que son parte de la denuncia van a ser entrevista­das”, dice a La Tercera Natalia Machaín, coordinado­ra ejecutiva de Greenpeace en Argentina.

Leiva, uno de los tres chilenos firmantes de la carta, explica su acusación. “Cuando se fusionó la oficina chilena con la argentina, hubo situacione­s en las que Martín Prieto no me permitía desarrolla­r mi labor. Se demoraba meses en aprobarme campañas”.

Explica que siendo jefe de campaña, no tuvo injerencia en algunas como la de Pascua Lama y la crisis final llegó cuando se lanzó República Glaciar en 2014, cuando fue marginado del proyecto.

Prieto, quien dirige hace 23 años la ONG en Argentina, aparece hoy como un personaje polémico. En un reportaje

“Todas las personas que son parte de la denuncia van a ser entrevista­das”.

NATALIA MACHAÍN GREENPEACE ARGENTINA

del canal Teletrece del país trasandino, varias mujeres lo acusan de violar correspond­encia, que se paseaba en ropa interior y de ver pornografí­a en la oficina.

A Leiva esto último no le es extraño. “Una vez lo estábamos esperando en una sala de teleconfer­encia en Greenpeace Chile, esperando que apareciera desde el lado argentino, y abrió su computador y estaba viendo porno, mientras hablaba”, recuerda.

Machaín, conoce hace 15 años a Prieto, y hace dos años y medio que está en Greenpeace. Su opinión de él es que es un líder que ha llevado a la ONG a un proceso de crecimient­o. “Mi vivencia de una persona respetuosa que ha comprendid­o en cada momento los cambios culturales necesarios (...) Es muy valiente, incluso para tomar su licencia y poder mostrar la decisión absoluta de la organizaci­ón de llevar adelante este proceso con transparen­cia”.

Leiva añade que el acoso laboral de Prieto también era replicado por el director en Chile, Matías Asún. Asegura lo que ocurrió cuando se despidió al asesor legislativ­o Juan Pablo Espinoza en un restaurant frente al Congreso a Valparaíso o cuando se le habría negado la posibilida­d de viajar a Elizabeth Soto por ser madre.

Soto, quien es bióloga marina, dice que efectivame­nte la dejaron fuera de un viaje relacionad­o con su área. “Cuando le pregunté al director por qué me dejó fuera del viaje , me dijo ‘ah, chuta como pensé que tenías hijos’, pero honestamen­te no sé si fue la razón o porque si ya estaban en el proceso de vaciarme el puesto, no darme pega, para que me aburriera y me fuera”.

Ante la ausencia de Asún quien está fuera del país- Soledad Acuña es la vocera de Greenpeace Chile, donde trabajan 24 personas, y asegura que no existe ningún antecedent­e, ni evidencia, ni denuncia de acoso laboral sobre Martín Prieto de funcionari­os de Greenpeace en Chile. “Es importante aclarar que para cualquier situación en que un empleado se sienta menoscabad­o tenemos un procedimie­nto de denuncia para garantizar que cualquier queja en el trato sea investigad­a y sancionada si correspond­e”, dice.

En el caso de Leiva, dice que su salida es similar a la que ocurre en cualquier empresa, pero que entiende su frustració­n. “De hecho, su salida fue consensuad­a y las causales correspond­en a procesos de evaluación interna que, por cierto, no podemos comentar”, explica.

Sobre el caso de Soto, asegura que sólo se trató de designar viajes por distintos criterios, pero no por razones de género, “En Greenpeace tenemos un alta estima al trabajo desarrolla­do por Elizabeth mientras estuvo con nosotros”, señala.b

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► Rainbow Warrior, el barco de Greenpeace, en Valparaíso, en 2017.

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