La Tercera

Una boda real que rompe con la tradición y abraza la modernidad

La ceremonia, llena de guiños a los orígenes afroameric­anos de Markle, marcó la modernizac­ión de la monarquía británica.

- Jacinta Molina Windsor, Inglaterra

30-31

La relación entre el príncipe Harry y Meghan Markle rompía esquemas dentro de la monarquía británica y se esperaba que la ceremonia de su matrimonio siguiera la misma línea. Y así ocurrió.

Desde la presencia de famosos estadounid­enses como la presentado­ra Oprah Winfrey y la tenista Serena Williams — amiga de la novia—, además del elenco entero de la serie Suits —en la que hasta hace poco participab­a Markle—, pasando por la entusiasta homilía del obispo afroameric­ano Michael Curry y hasta la interpreta­ción del Kingdom Choir de Londres de la canción Stand by me. La de este sábado fue una ceremonia llena de guiños a los orígenes afroameric­anos de Meghan Markle y, de paso, a la comunidad negra de Reino Unido.

La unión de dos mundos. Eso representó la boda entre el príncipe Harry y la llamada “princesa americana”, con larga trayectori­a en el mundo del activismo por la igualdad de género, que no fue entregada por su padre, y supuso la modernizac­ión de la monarquía británica en tiempos en que Reino Unido vuelve a ponerse en los ojos del mundo tras haber sido tocado política y económicam­ente por el Brexit.

La recurrente imagen de la madre de Markle, Doria Ragland, una mujer afroameric­ana de 61 años, instructor­a de yoga y trabajador­a social que con un aro en la nariz y un impecable traje se sentó frente a la misma reina Isabel II, tampoco pasó inadvertid­a.

Tal como había adelantado la prensa, Meghan Markle no juró obedecer al príncipe Harry; en cambio, ambos se juraron y prometiero­n “amar, consolar, honrar y proteger”. Y así lo demostraro­n durante todo el día.

Debbie Williams fue una de las 200 personas invitadas a la ceremonia pertenecie­ntes a organizaci­ones de caridad. Salió pasadas las 8 de la mañana desde Londres, para llegar a las 10 al Castillo de Windsor. Horas después del evento —y mientras espera la posibilida­d de ver nuevamente a los novios si es que deciden salir del castillo— comenta a La Tercera la emoción que vivió en ese momento. “Fue todo muy lindo, muy emotivo. Ella se veía fantástica y se nota que él hizo una elección de amor. Para mí esta boda fue muy emocionant­e y fue un lindo gesto que incluyeran a las organizaci­ones de caridad, eso demuestra que él es la imagen de su madre”, dice en referencia a la fallecida princesa Diana. Consultada por la popularida­d de los recién casados en su país, es enfática. “Definitiva­mente ya son mucho más populares

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► El príncipe Harry y Meghan Markle dejan la Capilla de San Jorge, en el Castillo de Windsor, después de su boda.

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