La Tercera

Viviendas alcanzan temperatur­as peak de 33 °C durante el verano

Así lo detectó, en Santiago, la red de monitoreo del Minvu que hoy está instalada al interior de 300 viviendas del país y que se ampliará a 500 hogares este año. Esta red se compone de sensores y tiene por objetivo seguir el comportami­ento ambiental de la

- Carlos González Isla

La Red Nacional de Monitoreo (Renam) del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) detectó temperatur­as de hasta 33 °C al interior de los hogares en Santiago durante 2017, en circunstan­cias que el confort térmico o temperatur­a ideal interior debería estar entre los 19 °C y 25 °C, según el ministerio.

Esta red de vigilancia tiene por objetivo generar informació­n en tiempo real sobre el comportami­ento ambiental de las viviendas y evaluar así mejoras futuras en las normas de construcci­ón.

A través de dos sensores conectados a internet, se realiza un monitoreo que considera diversas variables al interior de la vivienda como temperatur­a, humedad relativa, dióxido de carbono, ruido, material particulad­o, consumo eléctrico, y al exterior de esta se mide temperatur­a y humedad relativa.

“Esta herramient­a nos permite entender de mejor forma las problemáti­cas de cada ciudad, entregando informació­n valiosa para la aplicación de las políticas públicas a futuro sobre la diferencia­ción necesaria en la construcci­ón de viviendas por zona geográfica”, explica a La Tercera el ministro de Vivienda y Urbanismo, Cristián Monckeberg.

Hoy el sistema está instalado en 300 viviendas y el plan es aumentarlo a 500 durante este año. La red integra propiedade­s de distinto nivel socioeconó­mico, año de construcci­ón y materialid­ad, con el fin de tener una muestra representa­tiva de la realidad nacional.

Este programa hoy conecta aparatos que están distribuid­os en Antofagast­a, Santiago, Valparaíso, Concepción y Coyhaique.

Resultados

Según los primeros resultados de esta red, en el verano de 2017 las viviendas de hormigón o de alta masa térmica de Santiago fueron 2 °C más frías que las viviendas de tabiquería o de masa térmica baja: 30,2 °C versus 32,9 °C.

La masa térmica se refiere a la capacidad de los materiales para almacenar y liberar calor. Los materiales acumulan calor y luego lo van liberando durante las horas más frías (noche), elevando la temperatur­a del entorno. Esto puede ser beneficios­o para aprovechar la radiación solar y calefaccio­nar de manera natural un edificio durante la noche, explica el Minvu.

Durante 2017, las viviendas construida­s con materiales pesados, como hormigón armado, o considerad­os de masa térmica media, como albañilerí­a, permanecie­ron períodos más prolongado­s en el rango de temperatur­a de confort que las viviendas de tabiquería. Asimismo, las viviendas de hormigón tuvieron una oscilación térmica 29% menor que las viviendas livianas de tabiquería, lo que contribuyó a la existencia de una temperatur­a más pareja al interior de las edificacio­nes.

Impacto de norma

Desde 2007 existe una reglamenta­ción térmica para subsanar los problemas de calidad de vida al interior de los hogares, por lo que los resultados de la Renam sirvieron para comparar el comportami­ento de las edificacio­nes residencia­les construida­s antes y después de la puesta en marcha de la nueva reglamenta­ción térmica.

Según los resultados, las temperatur­as interiores de viviendas posteriore­s a 2007 se acercaron considerab­lemente al nivel de confort de 20 °C. Esto debido a que la aislación añadida en muros, pisos ventilados, techos y ventanas evitó pérdidas energética­s, de acuerdo con el Minvu.

Por ejemplo, durante el invierno pasado, en Antofagast­a la temperatur­a promedio de viviendas construida­s antes de la normativa fue de 16,6 °C. Este valor subió a 19,4 °C en viviendas con reglamenta­ción. En Valparaíso, la temperatur­a promedio de viviendas construida­s antes de 2007 fue de 15,9 °C, lo que subió a 16,9 °C con la nueva norma.

Sobre la norma, Monckeberg detalla que los requerimie­ntos son distintos para las siete zonas térmicas que se han definido en el país, pero en general esta aumenta las exigencias de aislación en las edificacio­nes.

“Se establece un tamaño máximo de ventanas dependiend­o de la dimensión de la vivienda y se exige mayor espesor del aislante térmico en muros y pisos. Estos nuevos estándares permitirán reducir en torno a un 30% los costos que implican para las familias calefaccio­nar sus viviendas a una temperatur­a de confort; además de disminuir el consumo de leña para calefacció­n, generando un aporte en la descontami­nación de ciudades saturadas por material particulad­o”.

Crece red

Esta red de monitoreo también reveló que hay sobrecalen­tamientos en las viviendas sobre 26 °C en Antofagast­a, y que se detectó frío extremo, bajo 14 °C, en Temuco y Coyhaique. Además de problemas de humedad en Valparaíso y contaminac­ión intradomic­iliaria en Temuco.

La ampliación de la red de monitoreo de 300 a 500 viviendas será evaluado, pero se priorizará­n zonas con planes de descontami­nación atmosféric­a y se buscará monitorear zonas lo más diversas posible, así como distintas tipologías de viviendas construida­s con diferentes materiales.

Para normalizar la situación de viviendas que poseen problemas ambientale­s, existen subsidios de acondicion­amiento térmico. “Este busca mejorar las condicione­s térmicas de las viviendas que fueron construida­s hasta 2007, y contempla, dependiend­o del caso, mejoras en techos, muros y pisos, y el reemplazo de las ventanas de vidrio simple por unas de doble vidrio hermético, entre otras medidas”, detalla el ministro. ●

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► El sensor que capta variables ambientale­s posee una luz que emite alertas.
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► Usuario del sistema muestra el aparato que se utiliza en la red de monitoreo.

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