Muere Posada Carriles, el exagente de la CIA y tenaz opositor de Fidel
El espía de origen cubano falleció de cáncer a los 90 años. Era acusado, entre otros, del atentado contra un avión de Cubana de Aviación en 1976.
El anticastrista cubano Luis Posada Carriles, uno de los más radicales enemigos del régimen cubano y exagente de la CIA, murió de cáncer ayer en Miramar (sureste de Florida, Estados Unidos) a los 90 años. Figura de extrema controversia, héroe para el núcleo duro del anticastrismo de Miami y monstruo para sus antagonistas de La Habana –lo calificaron como el “Bin Laden de América”–, Posada Carriles encarnó en su oscura trayectoria la violenta división política entre cubanos de ambas orillas.
Nacido en Cienfuegos (Cuba) en 1928, Posada Carriles falleció alrededor de las cinco de la mañana (hora local) “en un hogar del gobierno para veteranos” según su abogado, Arturo Hernández. Sobreviviente de un cáncer de garganta, atentados y un derrame cerebral, su salud se había deteriorado tras sufrir varias fracturas de huesos en un accidente de auto en 2015. Tenía dos hijos con los que no mantenía relaciones cercanas.
Participó en la frustrada invasión de Bahía de Cochinos en 1961 y su obsesión permanente fue lograr cometer el asesinato de Fidel Castro. Al fallecer Castro en noviembre de 2016 Posada Carriles, pese a encontrarse ya en mal estado, acudió al restaurante Versailles de Miami, centro de reunión del anticastrismo, para celebrar la noticia y comentó a la prensa que lamentaba que su muerte llegara “tan tarde”. “Es una muerte injusta. En el mejor hospital de Cuba, con los mejores médicos y las mejores medicinas. Eso no era lo que debía ocurrirle”, dijo. En el año 2000, Fidel Castro, que se refería muy a menudo a él, como un espantapájaros, denunció un plan para asesinarlo en Panamá, donde asistía a una Cumbre Iberoamericana. Posada Carriles fue detenido por ese motivo en el país centroamericano, aunque la entonces Presidenta, Mireya Moscoso, lo indultó antes de dejar el mando, tras lo cual viajó a El Salvador y de ahí entró a Estados Unidos en 2005 de manera ilegal, por lo que debió enfrentarse a la justicia de este país.
A Posada Carriles se le acusaba de organizar una serie de atentados con bomba en 1997 en hoteles de La Habana y de el atentado con explosivos contra un avión de Cubana de Aviación en 1976 en el que murieron 73 personas. En una entrevista con The New York Times en 1998 reconoció que estuvo involucrado en los bombazos del 97 –murió un turista italiano– pero luego se retractó. Con respecto a la voladura del avión siempre dijo que no tuvo relación. Cuba y Venezuela consideraban a Posada Carriles el autor intelectual de ese atentado y habían intentado capturarlo para juzgarlo por terrorismo. Posada Carriles llegó a estar preso en Venezuela por la voladura del avión pero en 1985 se fugó de la prisión, disfrazado y con un documento falso. Para la CIA trabajó como agente hasta la década de los 70 y posteriormente fue informante.
Fue absuelto en 2011 de 11 cargos de perjurio, fraude y obstrucción de procedimiento por un tribunal de migración de Texas y desde entonces vivía retirado en Miami. Según documentos desclasificados del Departamento de Estado, Posada Carriles fue un informante pagado de la CIA, por lo cual viajó por distintos países latinoamericanos en los cuales trabajó contra los movimientos comunistas y de izquierda. ●
“Posada Carriles fue un gran luchador por la democracia y las libertades”.
PEDRO LADISLAO GUERRA EXPRESO POLÍTICO CUBANO
“Fue fiel a la filosofía de la violencia política hasta el final de sus fuerzas”.
IVETTE LEYVA PERIODISTA CUBANA