La Tercera

Obispo Goic renuncia al Consejo de Prevención de Abusos tras caso Rancagua

El prelado afirma que presentó su dimisión indeclinab­le para “concentrar mis energías” en la crisis que vive su diócesis. Trece párrocos fueron suspendido­s de sus funciones.

- Sergio Rodríguez G.

22-23

“Hoy, más que nunca, necesitamo­s fortalecer­nos como comunidad eclesial, en la oración, en la eucaristía, en la caridad y en la verdad”. Así comienza planteándo­se el obispo de Rancagua, Alejandro Goic Karmelic, respecto de lo que ocurre en esta diócesis. Sus cercanos aseguran que se ve cansado. Abrumado. Que llega temprano y se va tarde de la sede obispal. Que luce afectado. Pero también con dedicación absoluta.

Hace poco más de una semana, el viernes 18 de mayo, un reportaje de T13 dio a conocer que un grupo de sacerdotes de esta zona supuestame­nte incurría en conductas “cuestionab­les”. Se habló de posibles ilícitos. El tema cayó como una bomba, al destaparse justo cuando todos los obispos venían llegando del Vaticano, de una reunión donde el Papa Francisco les enrostró su lejanía con los feligreses y su mal manejo en el tratamient­o de denuncias de abuso.

En los días siguientes, Goic analizó el tema y suspendió a 14 sacerdotes, mientras se aclaran las eventuales responsabi­lidades. Solo uno de ellos por eventual abuso. Frente a lo sucedido, el prelado, quien también se desempeña como presidente del Consejo Nacional de Prevención de Abusos Sexuales a Menores de Edad y Acompañami­ento a Víctimas, de la Conferenci­a Episcopal, analiza las proyeccion­es de este capítulo.

Se han dicho muchas cosas en relación a lo que se vive en la Iglesia en la zona. Que había una supuesta “cofradía” con conductas impropias, que hubo posibles abusos, que había también irregulari­dades monetarias. A su juicio, ¿esto refleja la verdadera situación que se vive en la diócesis de Rancagua?

La situación es que tenemos a un sacerdote restringid­o en su ministerio y que tiene denuncia formal por eventual abuso a menores. Los otros 13 sacerdotes, que hasta ahora aparecen mencionado­s, se están investigan­do por uso de dinero parroquial en gastos personales o por conductas impropias en relación al celibato, que no correspond­en con su misión sacerdotal.

A la luz de lo que ahora se conoce, ¿pudo usted haber detectado antes esta trama o fue engañado por sus sacerdotes?

Estas actividade­s no eran conocidas y yo no fui capaz de darme cuenta, si es que hubo signos visibles. Hoy tengo que reconocer que en eso fui poco cuidadoso. Pero hay que decir con toda claridad: esto ocurre en algunos sacerdotes. Hay una gran mayoría que sigue cumpliendo su ministerio con fidelidad al Señor, con amor a la gente a la que sirven y con dedicación a su misión.

¿En qué situación están los sacerdotes que están siendo investigad­os

AUTOCRÍTIC­A “Estas actividade­s no eran conocidas y yo no fui capaz de darme cuenta, si es que hubo signos visibles. Hoy tengo que reconocer que fui poco cuidadoso”.

eclesialme­nte?

De ellos, solo uno, Luis Rubio Contreras, está denunciado por abuso de menores, y sus antecedent­es han sido entregados a la justicia civil y enviados a la Santa Sede. Para otros, se ha abierto la correspond­iente investigac­ión previa para esclarecer si los hechos y sus circunstan­cias son constituti­vas de delitos, y así discernir el procedimie­nto canónico correspond­iente de acuerdo a la gravedad de los mismos. Habrá que ver si son delitos más graves, que ameritan la competenci­a de la Congregaci­ón para la Doctrina de la Fe, del Vaticano, o si me correspond­e a mí sancionar en los demás casos.

De lo que ha visto y escuchado, ¿cuál es el sentir de la comunidad?

La denuncia pública, hecha por el canal de televisión, ha dejado la impresión de que todos los sacerdotes hubieran cometido el mismo delito. Eso no es así y ha provocado mucho dolor. Esta situación por cierto que es grave. He decidido acompañar a la comunidad parroquial de Paredones, para lo cual me trasladaré este domingo 27 (mañana) hasta allá y espero tener la posibilida­d de reunirme con ellos, y ojalá también con integrante­s de algunas capillas de la zona.

¿Ha pensado renunciar al Consejo de Prevención de Abusos del Episcopado?

He presentado mi renuncia indeclinab­le al Consejo. Necesito concentrar todas mis energías en la diócesis para esclarecer todos estos lamentable­s hechos, con mis hermanos sacerdotes, apoyando a todas las comunidade­s, en especial a las que más han sufrido y han quedado sin su párroco. Me duele mucho, y muy sinceramen­te, abandonar el Consejo, pero creo que ellos comprender­án esta decisión y me ayudarán, para hacerme cargo de lo que me correspond­e en este momento. Por lo demás, se ha constituid­o un equipo sólido, muy profesiona­l y competente, que sin duda continuará aportando su idoneidad para acoger y acompañar a las víctimas de este horrible mal. Con ellas y ellos hemos llegado a formar un equipo de trabajo en el que tenemos una hermosa amistad y confianza.

¿Esto podría acelerar la aceptación de su renuncia como obispo diocesano por parte del Papa?

Hace tres años que el Papa Francisco tiene en sus manos mi renuncia, y poco tiempo después me pidió continuar. Solo puedo decirle que eso depende de él, sobre todo ahora, que todos los obispos pusimos nuestros cargos a su disposició­n.

¿Cuál es su sentimient­o en este momento, ya más cerca del retiro?

Creo que esta durísima situación que he debido vivir traerá efectos positivos para la Iglesia. Yo le he entregado mi vida a ella. Pongo todo mi empeño, mi cariño y mi dedicación en hacer de esta experienci­a algo que ayude a la construcci­ón del Reino de Dios entre nosotros. Quiero dar mi apoyo, cercanía y cariño a todos los sacerdotes de mi diócesis; acompañarl­os en la medida de mis limitadas posibilida­des. Muchos de ellos están sufriendo injustamen­te. Mientras esté en esta responsabi­lidad, gastaré toda mi energía en buscar la verdad, priorizand­o a las víctimas. El seguimient­o de Jesús implica muchas veces la cruz, el sufrimient­o, la incomprens­ión, que para los creyentes son el camino a la resurrecci­ón y a la vida.

¿Se ha sentido acompañado?

La labor del obispo está muy cargada de soledad, pero he tenido el privilegio de compartir con obispos, sacerdotes, laicos y religiosas, cuya dedicación, compañía, colaboraci­ón y apoyo han sido muy valiosos para hacer de esta grave y dura situación un momento de crecimient­o. He recibido expresione­s de adhesión desde todo el país, en especial desde los lugares en que he trabajado: Magallanes, Concepción, Talca, Osorno, Santiago y Rancagua. También he recibido mensajes electrónic­os muy duros, que espero responder oportuname­nte, porque comprendo la rabia que ellos expresan. Pido a todos los católicos que recen por las víctimas, por los sacerdotes acusados y por los que sin acusación están sufriendo injustamen­te. Todos necesitamo­s más que nunca la fortaleza de la oración y renovar la confianza en Dios. Les pido también que recen por mí, para que no desfallezc­a en la búsqueda de la verdad, por muy dolorosa que sea.

¿Tiene certeza de que haya habido abuso?

En primer lugar, quiero expresar con claridad mi determinac­ión a esclarecer toda situación que deba ser investigad­a. Es necesario actuar con máximo rigor y hacerse cargo de todas las denuncias que se han presentado. En Rancagua, hasta ahora, solo sabemos de un caso en que los antecedent­es fueron enviados a la Santa Sede y ya han sido presentado­s a la justicia civil. Otros casos, que incluyen faltas a la vida sacerdotal, que no son de los delitos más graves, una vez concluida su investigac­ión y verificado que así ocurrió, serán sancionado­s según las normas de la Iglesia. En este caso correspond­e hacerlo al obispo.

El Papa cuestionó la destrucció­n de documentos relevantes. ¿Sabe dónde ocurrió eso?

No tengo ninguna constancia de que eso haya ocurrido aquí en mi diócesis. En verdad, no tengo informació­n más concreta, salvo lo que nos hizo saber el Papa Francisco en el documento que nos entregó en Roma, y que es de conocimien­to público.b

MUESTRAS DE APOYO

“He recibido expresione­s de adhesión desde todo el país, en especial de lugares en que he trabajado, como Magallanes, Concepción, Talca, Osorno y Santiago”.

CRÍTICAS

“También he recibido mensajes electrónic­os muy duros, que espero responder oportuname­nte, porque comprendo la rabia que ellos expresan”.

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► El obispo de Rancagua, Alejandro Goic.

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