Representación diplomática en Venezuela
El Presidente de la República, luego de conocida la fraudulenta reelección de Nicolás Maduro en Venezuela, señaló que “se buscarían caminos más eficaces y que produzcan mejores efectos en ese país”. Dentro de ellos, y en el marco de los acuerdos del Grupo de Lima, estaría no designar un embajador de Chile en Caracas, rebajando el nivel de las relaciones diplomáticas con dicho país.
Si bien el cuestionado proceso electoral diseñado por el gobierno de Maduro merece el más amplio rechazo por parte de la comunidad internacional -porque además de consagrar a una dictadura, profundizará la crisis humanitaria y económica que afecta al país-, no parece acertado rebajar en este momento la representación de Chile allí, pues difícilmente ello contribuirá a subsanar dicho caos. Más bien el camino es profundizar las sanciones económicas hoy en marcha para forzar una salida y poder ser partícipe como facilitador de cualquier instancia de diálogo que pueda darse.
Por otra parte, mantener nuestras relaciones a nivel de embajadores posibilita sostener una voz crítica que pueda hacer ver los requerimientos del gobierno de Chile ante el mismo régimen, sin que ello signifique validar o legitimar el proceso vivido ni los atropellos que ocurran. De igual manera permitiría enfrentar con mayor autoridad escenarios complejos, como fue el otorgamiento de refugio a los seis jueces del Tribunal Supremo de Justicia, situación que previsiblemente seguirá ocurriendo a medida que Maduro gobierna ya sin contrapeso alguno.