La Tercera

NECESIDAD DE UNA RENOVACIÓN

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SEÑOR DIRECTOR

Estamos pasando por la crisis más desvastado­ra de la Iglesia de Chile; y luego de la partida y regreso de los obispos de Roma, todavía no se toman las medidas de corto plazo y esto ya desespera.

Las empresas CMPC y La Polar pasaron por lo mismo, Carabinero­s pasó por lo mismo y salieron rápidament­e 30 generales; y en estas empresas se renovaron los directorio­s, todos los gerentes y todos los protocolos de alerta… En la Iglesia aún no pasa nada, bueno, todavía. Esos cambios dieron no sólo resultados financiero­s, sino que se renovó la confianza de los consumidor­es.

Cada vez se oye más fuerte un grito que inventaron los argentinos: “que se vayan todos”, una manera de señalar el camino de la renovación, pero, aún no pasa nada.

En esta crisis lo más importante y la primera medida es acoger a las víctimas con verdad, justicia y reparación; en segundo lugar, separar a quienes cometieron abusos de niños y denunciarl­os a la Fiscalía y luego sacar de sus cargos a quienes encubriero­n o participar­on de esta “asociación ilícita” (papa Francisco) de esconder la verdad.

Después de esto, hay que atender a las otras víctimas de esta tragedia: los sacerdotes; buenos sacerdotes, que cumplen su trabajo día a día en el seguimient­o fiel de Jesús Buen Pastor: los curas son los que ponen la cara, los que han sido insultados en la calle, los que debemos dar explicacio­nes ya que los responsabl­es no las dan, los que hemos pasado por una larga noche que aún no se percibe la luz del día. Yo esperaría una palabra de perdón a los sacerdotes, religiosos y religiosas y a los diáconos que vivimos cada día una pesadilla por la responsabi­lidad de unos pocos.

Suena súper bien el grito: “que se vayan todos”.

Enrique Opaso

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