La Tercera

La mochila que se quedó en Medellín

El pitazo final desató la fiesta de Colo Colo en el Atanasio Girardot. Carnaval en el camarín, cena en el hotel y vuelo de madrugada. El rito para dejar atrás 11 años de frustracio­nes.

- Por Carlos González y Cristian Barrera

Pablo Guede, a horas de iniciar su nefasta campaña en la Copa Libertador­es 2018, habló de la “mochila”. Héctor Tapia, el día previo al triunfo sobre Bolívar, ocupó el mismo concepto: “Mochila”. Así se bautizó en Colo Colo a la carga de 11 años sin pasar una ronda en Copa Libertador­es. Un largo período de frustració­n que se cortó el jueves, en Medellín, ante Atlético Nacional.

Ese peso ya quedó atrás. Se quedó en Colombia, en el Atanasio Girardot, donde Augusto Orión quedó furioso por no poder participar de la celebració­n en el camarín. Junto a sus compañeros se dirigía alborozado a vestidores, cuando le avisaron que debía ir al control de dopaje, junto con Valdivia. Y no fue corta la espera an- tes de orinar.

A metros de la sala de toma de muestras, el resto de los jugadores del Cacique desataba su alegría en el camarín. Cantos, fotos, selfies... con el uniforme empapado de sudor o a torso desnudo. El rito era necesario, una especie de exorcismo de jornadas tristes, como la del Colo Colo-Palmeiras en 2009 (gol de Cleiton Xavier, a los 86’), el Colo Colo-Cerro Porteño de 2011 (los paraguayos dieron vuelta un 2-0 sobre el final) o el Colo Colo-Botafogo de 2017 (cuando los brasileños empataron en el segundo tiempo y clasificar­on a la fase grupos). Recuerdos negros, que pasan a segundo plano con el cuadro popular instalado en los octavos de final.

La agenda en Medellín, sin embargo, obligaba una celebració­n express. Había que llegar rápido al hotel (ni siquiera hubo tiempo para esperar a Valdivia y Orión),

a una cena corta, pero emotiva. Un brindis tranquilo, sonrisas, una que otra broma y la orden de dormir, porque el vuelo de vuelta a Santiago despegaba a las 5 de la mañana de Colombia.

También entre los dirigentes hubo un ambiente bastante armónico y de bastante camaraderí­a. Tanto Gabriel Ruiz Tagle como Aníbal Mosa dejaron sus diferencia­s de lado para unirse a las celebracio­nes. De hecho, una buena parte del grupo agradeció al ex timonel y lo integraron en todo momento a los festejos. “El éxito son los jugadores y el cuerpo técnico. Pero también ayuda la unidad. Hemos hecho un gran esfuerzo por eliminar conflictos anteriores”, comentó Ruiz Tagle.

Ya en Pudahuel, un centenar de hinchas esperaba al Cacique para brindarle su reconocimi­ento por la clasificac­ión. Por momentos, la seguridad se desbordó ante el asedio. Pero en el plantel nada importó e, incluso, Esteban Paredes no resistió la tentación y se puso a cantar, como un barrista más, con los hinchas que lo abordaban en el aeropuerto.

Luego, el reencuentr­o con las familias y a pensar en el partido del lunes frente a Unión La Calera, en el Monumental, el encuentro que cierra la primera parte del año para los albos.b

 ??  ?? ► La selfie de los albos en el camarín del Atanasio Girardot.
► La selfie de los albos en el camarín del Atanasio Girardot.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile