La Tercera

Frida Kahlo entra por la puerta ancha de Google con museo virtual

Más de 800 objetos vinculados a su vida y obra se podrán apreciar en Caras de Frida, retrospect­iva online que acaba de inaugurar el gigante digital en México. El proyecto permite además recorrer su mundo más íntimo, como la Casa Azul, donde la popular art

- Por Javier García, Ciudad de México.

El azul es “electricid­ad y pureza”, y el amarillo es “locura, enfermedad, miedo, parte del sol y de la alegría”. Son algunos de los significad­os de los colores que Frida Kahlo apuntó en su diario. La famosa artista mexicana dejó una amplia producción pictórica, como de documentos y fotográfic­a, que ahora se podrá apreciar con detalle en el nuevo proyecto que Google Arts & Culture presentó esta semana en México, llamado Caras de Frida.

“Pies para qué los quiero si tengo alas pa` volar”, escribió Kahlo en un dibujo conmovedor, donde su pie aparece cortado. La obra fue realizada cuando era inminente la amputación de su pierna derecha debido a una infección de gangrena, en 1953, meses antes de morir. El dibujo cuelga de una de las paredes de la Casa Azul, el museo de la artista ubicada en la localidad de Coyoacán, en la capital azteca.

Unas dos mil personas visitan a diario el museo que vio crecer a la mujer que convirtió su biografía en arte. La niña que contrajo la poliomieli­tis, y que deseaba ser médico, pero que debido a accidente que fracturó su columna quedó postrada y descubrió la pintura. La casa data de 1904, año en que se instaló su padre fotógrafo, el alemán de origen húngaro, Guillermo Kahlo. Ahí se refugió León Trotsky en 1937, y en el comedor de la cocina compartier­on personalid­ades como André Breton, Tina Modotti y José Orozco.

El pasado miércoles, una fila de decenas de visitantes se agolpaba en las afueras del hogar - casa museo desde 1958- para esperar su ingreso. Entre turistas japone- ses, norteameri­canos, brasileños e italianos, muchos eran visitantes locales y apoyados en las paredes de intenso azul en la calle Londres 247, esperando su turno para sentir a Frida más cerca.

“Viene gente de todas partes de México. También tenemos muchas personas con capacidade­s diferentes, inválidos, con enfermedad­es mentales, que se identifica­n con la fuerza de Frida. Es increíble. Como prototipo de mujer, Frida es hoy similar a Guadalupe”, dice en referencia a la mítica virgen mexicana la coordinado­ra de proyectos de la Casa Azul, Ximena Jordán. “Frida representa el antirracis­mo. Defendía la cultura local, era bisexual, y no tenía reparos en expresarlo”, agrega, quien conversa en el patio de la casa donde abundan los árboles y donde la pareja Frida y Diego Rivera, que tenían como mascota perros, gatos y monos, vivieron entre 1929, año que se casaron, y hasta 1954, cuando ella murió a la edad de 47 años.

Ese patio verdoso, las pinturas que penden al interior del hogar, los retratos fotográfic­os que le hizo su padre, su silla de ruedas en la que se sentaba a pintar junto al atril, sus dos camas (de día y de noche) se pueden visitar ahora a un click y desde un computador o celular (g.co/carasdefri­da). Incluso ver más de 20 imágenes en alta resolución gigapixel por Art Camera, y realizar recorridos con Street View (georeferen­ciación).

Es una producción disponible en cuatro idiomas; en inglés, francés, español y portugués, y que incluye más de 800 piezas, entre pinturas (69 obras), cartas, su diario personal, su colección de vestidos, fotografía­s y hasta el carnet de bus que usaba Frida en Coyoacán. Fueron casi dos años de trabajo de Google Arts & Culture, e implicó el uso de alta tecnología y la colaboraci­ón de 33 institucio­nes de siete países. Entre estas están, además de coleccione­s privadas, los museos Dolores Olmedo, Frida Kahlo y el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo.

Herencia cultural

En el centro histórico de Ciudad de México, algunos vendedores ofrecen muñecas de trapo que lucen y visten como Frida Kahlo. Mientras, en los periódicos locales se narra el conflicto entre los herederos de la artista y Mattel, luego que a la empresa de juguetes se le impidiera usar su imagen en una muñeca. La Barbie Frida no podrá circuun

lar en el mercado ya que no cuenta con los permisos requeridos por la familia.

Pero Frida no solo ha inspirado a muñecos y diseñadore­s como el francés Jean Paul Gaultier, sino que su capacidad de superar la adversidad, la enfermedad, su bisexualid­ad –con Diego Rivera mantenían un acuerdo de matrimonio abierto, el apoyo al comunismo -al pie de su cama aún permanecen los retratos de Lenin, Stalin y Maola volvieron una mujer ícono y que ha inspirado el movimiento feminista latinoamer­icano.

“La elección por ella nace por lo que significa en lo político, en la moda y el arte, y que alguien en cualquier parte del mundo, de manera gratuita, pueda conocer una cara nueva de Frida como, por ejemplo, la relación con su familia o las cartas con su madre”, señala Luisella Mazza, directora de operacione­s de Google Arts & Culture. Mazza conversa en una de las oficinas de Google México, que mantiene un edificio de seis pisos, en Lomas de Chapultepe­c de la capital azteca.

Frida es la primera artista mujer del siglo XX en ingresar en el proyecto digital con Caras de Frida, de Google Arts & Culture, comenzado en 2011, que ya cuenta con 1.700 socios en 70 países y con la posibilida­d de ver 6 millones de objetos. Entre los creadores y sus obras a disposició­n están Rembrandt, Vincent van Gogh, Durero, Edvard Munch, Goya, Egon Schiele, Caravaggio y, entre los más contemporá­neos, destacan Edward Hopper, Joan Miró y Andy Warhol. De los museos que operan como socios, participan el MoMA de Nueva York, la Tate Britain de Londres y la Galería Uffizi de Florencia.

Sin embargo, no todos los museos quieren abrir sus puertas a Google. “Ciertos resquemore­s nacen por el miedo a lo desconocid­o. Llegar con nuevas tecnolo- gías a un museo a veces es intimidant­e, porque no es una forma tradiciona­l. Esto es más un problema que los posibles que puedan ocurrir por derechos de autor”, comenta Luisella Mazza, quien aclara que las imágenes disponible­s en la plataforma no se pueden descargar ni ampliar.

De las gracias que ofrece el trabajo digital hay, por ejemplo, un cuadro que Frida pintó por ambos lados. El boceto de Autorretra­to con aeroplano se encuentra detrás de la pintura La niña

Virginia, de 1929. Ahora ambos podrán ser vistos. Como también su colección de vestidos, que desde el 2012 y conformada de 300 diseños, se exhibe en parte en una de las dependenci­as de la Casa Azul.

“El internet es una plataforma que ha venido a revolucion­ar al mundo, que ayuda en la educación y formación. Ahora trabajarem­os en el empoderami­ento de la mujer y Frida claramente es un ejemplo”, dijo el pasado miércoles en el barrio de Coyoacán, en la presentaci­ón de Caras de Frida, María Teresa Arnal, directora de Google México, recordando que en septiembre próximo Google cumplirá dos décadas desde su creación.

A más de 60 años de su muerte, Frida Kahlo sigue reflejando la imagen de una mujer revolucion­aria, cuya herencia trasciende los museos. Desde su trenza en el pelo y hasta su inquietant­e mirada que no logró capturar la muñeca de Mattel.

“Teníamos temor que no nos visitaran más”, dijo en la oportunida­d, ante unos 100 invitados, en un centro de eventos de Coyoacán, Carlos Phillips, director del Museo Dolores Olmedo. “Pero nos convencier­on que esta posibilida­d de visitar su obra virtual es extraordin­aria. Ahora yo creo que solo viendo el original se aprecia el verdadero valor de su obra. A pesar de que Google es un complement­o importante de difusión”, agregó el licenciado.

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► Frida Kahlo posando con calavera de azúcar, 1950, por Juan Guzmán.
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► Sin título (Autorretra­to con collar de espinas y colibrí), 1940.
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► Una serie de sus vestidos exhibidos en la Casa Azul.

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