Los ganadores de las elecciones se rebelan contra el sistema en Italia
El M5S y la Liga convocaron movilizaciones contra el veto del Presidente Mattarella a su gobierno. Si el premier designado no consigue la confianza del Parlamento para formar gobierno habría elecciones después de agosto.
Desde que el antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y la ultraderechista Liga anunciaron su pacto de gobierno hace tres semanas, una promesa flotaba en el aire: lo importante era ponerse de acuerdo en los temas de gobierno y no en los cargos. Pero al final lo que hizo estallar al primer gobierno antisistema de la historia de Italia fue un cargo, el del ministro de Economía.
Italia estaba a un paso de que el M5S de Luigi di Maio y la Liga de Matteo Salvini gobernaran de la mano de su candidato a premier, Giuseppe Conte. Las sesiones para que la Cámara y el Senado lo invistiesen estaban previstas para esta semana. Sin embargo, Conte renunció inesperadamente el domingo al mandato de formar gobierno que le entregó el Presidente de la República, Sergio Mattarella. ¿Por qué? Por el veto que le había sido impuesto sobre el euroescéptico Paolo Savona, de 81 años, para dirigir la Economía italiana.
“Puede mandar un condenado por fraude fiscal, pero si has criticado a Europa, no puedes ser ni ministro de Economía”, lanzó Di Maio.
Entre el M5S y la Liga sumaban casi el 50% de los votos. No obstante, Mattarella encargó el lunes al economista Carlo Cottarelli, un exdirectivo del FMI conocido por su política de austeridad, la formación de un gobierno de transición que conduzca al país hasta la convocatoria de elecciones anticipadas.
Callejón sin salida
El rechazo de la mayor parte de fuerzas políticas a dar apoyo a un Ejecutivo tecnócrata podría llevar al país a nuevas elecciones y, lo más probable, coinciden analistas, es que en tal caso se obtengan resultados muy similares a los del 4 de marzo. Así, los comicios podrían mantener el mismo bloqueo político de estos tres meses.
La decisión de Mattarella provocaría un choque sin precedentes con más de la mitad del país, que está a favor del de un gobierno populista. Salvini y Di Maio interpretaron la intervención del Presidente como un golpe de Estado.
En este clima de tensión, Cottarelli valora la situación y el futuro de un gobierno que podría estar destinado a morir, ya que la mayoría de los partidos anunciaron ayer oficialmente que no votarán la moción de confianza. Y no solo eso, ya que el secretario general interino del centroizquierdista Partido Demócrata, Maurizio Martina, afirmó que pedirá a los parlamentarios que se abstengan en el voto de investidura para mantener “el carácter neutral” del Ejecutivo.
Con todo, Cottarelli adelantó el lunes que si su gobierno no consigue la confianza en el Parlamento dimitiría inmediatamente y se mantendría en funciones hasta las nuevas elecciones que podrían celebrarse, dijo, después de agosto. Pero la mayoría de los partidos italianos pidieron que no se espere tanto y que se vote lo antes posible. Estas peticiones se han producido durante un acalorado debate en el Senado centrado en la situación de la compañía aérea Alitalia, pero que ha derivado hacia la crisis que está viviendo el país.
El líder del M5S había anunciado en los últimos días que su partido barajaba la posibilidad de iniciar el proceso para analizar la posible destitución de Mattarella, pero confirmó ayer que no seguirán adelante, pues no tienen los apoyos suficientes, ya que la Liga no se sumará a esta iniciativa.
“El voto italiano”
En medio de este clima, el M5S, el más votado en los comicios de marzo, convocó a una manifestación el 2 de junio, Día de la República. “Cuelgue una bandera tricolor en las ventanas”, propuso el movimiento en las redes sociales. “Por primera vez tendremos un gobierno que no habrá sido votado ni por el pueblo ni por el Parlamento. Una vergüenza única en la historia de la República”, lamentó Di Maio, que denunció que el veto de Mattarella estaba motivado exclusivamente por la voluntad de hacer fracasar un gobierno del M5S y la Liga.
Salvini, por su parte, no se quedó atrás. El secretario general de la Liga amenazó con llevar la protesta a las plazas. “Si Berlín, París o Bruselas no la aceptan, no se puede formar gobierno en Italia. Es una locura”, dijo. Salvini negó que existiera un plan en el programa de gobierno para sacar a Italia del euro y acusó a Mattarella de ser “árbitro y jugador”.
Si todo sigue como está previsto, hoy se presentará el programa de gobierno ante el Parlamento. Si Cottarelli obtiene la confianza, el programa incluirá la aprobación en septiembre de los presupuestos generales. Si no prospera, el gobierno dimitiría “inmediatamente” y se formaría un Ejecutivo instrumental con capacidad para gestionar los asuntos corrientes hasta la convocatoria de elecciones.b